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Vaya por delante que la palabra viejo aún tiene tintes peyorativos. Anciano, por ejemplo, es un vocablo castigado por la mayoría de los libros de estilo de los periódicos en España. Hay un cierto atavismo que asume que la ancianidad y la vejez -entiendo por vejez el término que engloba a personas cuya edad cronológica ha superado los 65 años- es algo emparejado con decrepitud, carga, enfermedad, inutilidad y dependencia.
Un error puesto que la Humanidad en las últimas décadas ha conseguido ir paulatinamente superando los umbrales de edad. Eso es, probablemente, el mayor logro de la historia del hombre.
El reto de salud de la era actual en el planeta es prepararse para el desafío que plantea esa longevidad en las próximas décadas.
Ha llegado la hora de actuar. Los políticos tendrán que reflexionar y ser valientes. Puede que tratar de construir un hospital cada pocos kilómetros sea una fuente de votos potencial entre los habitantes del área en la se edifique la institución médica, pero es un dispendio con muy poco sentido. Derrochar el dinero en más medicina reactiva, hurtando de recursos a la promoción de la salud y a la implantación de nuevas tecnologías para gestionar a distancia aspectos rutinarios de las patologías crónicas es propio de una administración con miras a muy corto plazo.
La razón de parte de los problemas de salud que suelen acumularse con la edad se reparte de forma desigual. Los genes tienen la culpa solamente del 25% de todas las disfunciones. El otro 75% hay que achacarlo al efecto acumulativo de haber llevado un estilo de vida pernicioso y a las desigualdades sociales y económicas que suelen afectar a mucha gente.
La revista The Lancet recalca que, por ejemplo, en algunos países europeos el 50% de las mujeres de más de 65 años viven solas. Y la soledad es una circunstancia que grava seriamente la salud.
Además, todavía hay poca responsabilidad entre la población sobre la trascendencia de implicarse en el cuidado de la propia salud. Casi todos los expertos coinciden en lo mismo. El máximo progreso de la biomedicina de las próximas décadas no vendrá de píldoras milagrosas que controlen el cáncer, de robots que operen a distancia, ni de construir un hospital sofisticado en cada esquina, vendrá del compromiso que tenga el individuo para promocionar algo que no debe perder, su salud. Un compromiso que depende fundamentalmente de la información, la educación y la comunicación.
Leido en El Mundo
Sabes que te digo Marcos....Carpe Diem
ResponderEliminarSalut company
Desde luego Toni, estoy convencido, los mayores hemos de vivir el momento.Abrazos.
EliminarMe gusta mucho "abuelo" porque encierra cariño. "Viejo" no, suena a trasto. Los hospitales son muy necesarios y es ahora cuando realmente los vamos a utilizar, pero yo me conformaría con diagnósticos certeros en vez de esos tan ambiguos de "cosas de la edad". Besicos.
ResponderEliminarEs que un buen diagnostico es todo. Estoy a favor de la medicina preventiva, una asignatura pendiente en España. En Valencia preferimos nos digan "yayo", nos es mas cariñoso.
EliminarCuando me duele algo prefiero decir que es cosa del tiempo... je, je, pero procuro caminar algo y sobre todo, nadar. Abrazos
ResponderEliminarSiempre el ejercicio, es necesario, cosas del tiempo, del tiempo que llevamos bregando...
Eliminarinteresante el artículo del mundo, la educación y la información son básicas para que tomemos las decisiones adecuadas,y hay un punto muy importante que refleja el artículo,la soledad, es vital tomar medidas para que no suceda.
ResponderEliminarMucha gente, muy generosa, está entregada a paliar esa causa. Muy de agradecer por los mayores.
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