Las nueve franjas representan el número de sílabas de la frase "Έλευθερία ή Θάνατος" (E-lef-the-rì-a i Thà-na-tos) que significa “libertad o muerte”, que es el lema nacional.
Grecia fue cuna de grandes y admirados filósofos. Junto a ellos, hubo otros, los filósofos sofistas, que se hicieron profesionales de la sabiduría, cosa no criticable pues de algo tenían que vivir; sin embargo, su profesionalidad fue centrándose en el arte de la retórica, orientada al dominio de las palabras para persuadir a otros, no para defender la verdad sino los intereses del que hablaba o de aquél cuya causa defendían.
Frente a Gorgias, sofista griego, cabe contraponer a Hegel, filósofo alemán, cuyas frases pueden a veces resultar enrevesadas y aparentemente contradictorias pero que cuando se analizan manifiestan una gran verdad.
Contrapongamos al “Nada existe” de Gorgias, la conocida frase de Hegel “Lo real es racional y lo racional es real”. Gorgias te lleva a un viaje a ninguna parte, ya que no vale la pena cuestionarse lo que no existe. (Posteriormente, Descartes con su “pienso luego existo” estableció la existencia como el punto de partida para el razonamiento).
Sin embargo, Hegel te lleva a lo palpable “lo real es racional” es decir, lo que existe tiene racionalidad, no es porque sí. Por tanto, la situación económica, que es una realidad, es consecuencia de un proceso que la racionalidad puede analizar y expresar.
La segunda parte de la frase de Hegel, “lo racional es real” ofrece una línea de esperanza. En efecto, lo que el pensamiento produce racionalmente, tras haber sopesado las cosas, puede llegar a ser la realidad del mañana. Hegel nos invita a que imaginemos como puede funcionar la economía y a que diseñemos el modelo de economía del futuro. Obviamente, la racionalidad de eso que queremos que se haga real en el futuro, exige responder a preguntas tales como: ¿Se puede producir sin esfuerzo? ¿Se consumirá sin pagar nada? ¿Quién asumirá la responsabilidad del proceso productivo? ¿Se elegirá libremente ser consumidor o productor? ¿Cómo motivar al productor para que se esfuerce en producir? ¿Habrá crédito? ¿Se devolverán los créditos o será potestativo el hacerlo o no hacerlo? Etc, etc.
El Gobierno griego actual parece se ha inclinado decididamente del lado de Gorgias: Proponer una cosa y la contraria; aceptar un acuerdo y decir que esa aceptación puede que sólo dure 24 horas; decir que la situación de la economía griega es culpa de Europa pero no decir qué hacer para que la economía griega funcione; pretender seguir gastando sin decir de dónde se obtendrán los ingresos; pretender que la “perversa” Troika, le dé un cheque en blanco y a la vez negar a sus propios pensionistas el derecho a sacar su pensión del banco, etc.
La realidad económica griega es testaruda. Han llegado a una situación en la que tienen un nivel de deuda pública sobre el PIB del 177,1%, mientras que España tiene un 97,7%, Alemania un 74,7%, el Reino Unido un 89,4%, Francia un 95,0%, Finlandia un 59,1%.
Este dato macroeconómico alcanza un enorme sentido cuando se compara con lo que hay que pagar anualmente por intereses y amortizaciones de esa deuda. Por ejemplo, en España está previsto un gasto en 2015 por ese concepto de 127.488 millones de euros, lo cual representa el 29 % de los Presupuestos Generales del Estado (440.074 millones de euros) y, ojo a este dato, casi tanto como lo que está previsto pagar en 2015 por pensiones, 131.658 millones de euros. (Entre pensiones y deuda se consume el 59% de los Presupuestos). Las pensiones en España representan un 12,3% del PIB.
¿Qué ocurre en Grecia? La situación es muchísimo más grave. El pago de las pensiones en 2015 es de 28.100 millones de euros, lo representa un 15,7% del PIB (179.100 millones de euros). El gasto griego en pensiones sobre su gasto público (87.800 millones) representa casi el 32%, casi tres puntos más que España.
Su deuda pública es de 317.094 millones de euros. ¿Cuánto tienen que pagar por intereses y amortización este año? A falta de dato oficial, podemos hacer una estimación por comparación con la situación española.
Si en España con una deuda pública de 1.033.000 millones se prevé un pago por intereses de 127.488 millones, en Grecia con la deuda pública indicada, en condiciones similares a la española, le correspondería pagar 39.134 millones de euros. Sin embargo, su prima de riesgo es del orden de 1400, diez veces superior a la nuestra, por lo que el pago por intereses es muy superior al nuestro. Adoptemos por ello la estimación de que el servicio de la deuda pública griega en 2015, sea de unos 45.000 millones de euros.
Ello nos lleva a la conclusión de que, en 2015, Grecia para el pago de pensiones (28.100 millones) y la deuda (45.000 millones) tendría que afrontar un gasto de 73.100 millones, es decir el 83,3% de su gasto público.
Obviamente, Grecia es incapaz de pagar la deuda, cosa que ya han descontado todos los Gobiernos de Europa y la “perversa” troika. Por tanto, esa incapacidad de pago no se discute. Lo que está en debate es qué hacer en el futuro, como pretende afrontarlo el Gobierno griego.
Grecia no puede esperar seguir recibiendo apoyo para continuar incrementando su deuda y pretender que se le siga financiando una economía en bancarrota. Lo que se le pide es una política racional que vaya equilibrando paulatinamente ingresos y gastos públicos, a fin de ir construyendo una economía sostenible y en expansión que genere empleo y reduzca su tasa de paro que actualmente se sitúa en el 25,6%, superior a la nuestra que es del 22,5%.
Ciertamente eso requerirá sacrificios, recortes de gasto público, estímulos a la creación de empresas privadas y, en suma, las políticas posibles ante una situación como esta. Y es ahí donde Gorgias tiene muy poco que hacer frente a Hegel, que conoce la realidad pero que quiere que se construya un futuro viable, racional.
La única solución que le queda al pueblo griego es dejar de lado a los sofistas y llamar a Sócrates para que con su sabiduría, ilumine al actual Gobierno griego, o al que le suceda, y llegue a un rápido entendimiento con Hegel, cosa que se logrará sin dificultad pues ambos están llenos de lo esencial, de sentido común.
Lo veo tan complicado y tan cambiante que no me atrevo a opinar. Abrazo
ResponderEliminarEs que aunque quieras ser imparcial, al final te implicas.
EliminarPor su extensión, no es tema para opinar en un blog. Simplemente decir que Grecia se ha dormido en sus laureles y en la actualidad la mayor fuente de ingresos depende del turismo, pero las pensiones a partir de los 50 años han sido las mayores de Europa, la cantidad de funcionarios ha duplicado los de España con unos sueldos altísimos entre otras muchas cosas, las industrias en general brillan por su ausencia, han pedido dinero prestado a lo loco y se encuentran que en la actualidad no hay manera de pagarlo...
ResponderEliminarEllos mismos, o sus políticos les han dejado al pie de los caballos, y ahora todo son problemas, porque les siguen engañando, quien lo pagará al final? Pues los de siempre.
EliminarUna entrada muy oportuna, si señor. Me pregunto si podrían pagar sin intereses y podría ser una opción de buena voluntad, pero como soy demasiado ignorante seguro que los bien entendidos me cerrarían la boca.
ResponderEliminarSupongo que harán las dos cosas, hacer una quita importante y rebajar intereses al mismo tiempo que aumenten plazos. Pero, los de a pié lo van a sentir en sus carnes, que duda cabe.
EliminarLos Griegos según podemos leer por aquí y por allá, han hecho las cosas mal, tiene solución, hagamos-las mejor, y la "Troika"? son unos santos? pues que cada uno ponga de su parte, es como se arreglan los conflictos
ResponderEliminarLos que han hecho las cosas mal han sido sus gobernantes y desde hace muchos años. La Troika es una bestia de presa sin sentimientos, pero ante todo ha de querer cobrar, que es el quid de la cuestión, y claro que se arreglara. Sus gobernantes actuales echarán toda la culpa a los europeos, y los votantes serán amasacrados con medidas peores que las nuestras, y si nó, al tiempo.
EliminarLo de los griegos va a traer cola, y me parece que mucha tela que cortar.
ResponderEliminarSaludos Marcos.
Lo que me toca las narices es, que después de habernos recortado a nosotros para poder prestarles el dinero, seamos nosotros los que paguemos nuestro propio prestamo.
EliminarVeremos qué pasa !!
ResponderEliminarComo decía en los crucigramas de los periódicos. "La solución mañana:"
EliminarBueno, el dinero es el amo del mundo, parece que nada se mueve sin él.
ResponderEliminarUn beso grande.
Feliz semana.
Dicen lo inventó el diablo, y creo tienen razón. Todo lo contamina, por decirlo suave.
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