Como cualquier persona en su ciudad natal, he sido testigo de su evolución urbana. Es lógica y deseable pero siempre se asemeja al choque de dos culturas, de dos formas de vivir, que cuanto menos, resulta un tanto llamativo.
Ir a la plaza del Ayuntamiento, le llamábamos siempre “ir al centro”. Mi suegro viviendo en la ciudad junto a lo que ahora es el barrio, antes pueblo, de Patraix, decía “me voy a Valencia. La distancia andando suele ser de 15 minutos.
Mi hermano fue al colegio de los Hermanos Maristas en lo que ahora es el Hotel Astoria, a 200 metros del Ayuntamiento, y dejó de ir, cuando lo trasladaron a la calle de Salamanca, (el entonces ensanche según decían), totalmente centrico en la actualidad.
Me he dado un paseo para destacar el contraste actual de las viviendas y calles enteras de una altura, rodeadas de fincas de pisos, además de haber quedado desalineadas con las actuales vías. En esta trampa han caído también preciosos chalets de veraneo, de lo que fuera en su día extrarradio, si bien el ayuntamiento los ha recuperado, con buen criterio, para servicios sociales.
En la parte del actual ensanche, en la avenida de Las Cortes Valencianas, llega el máximo contraste al fagocitar la pedanía de Beniferri, donde paseas por calles adornadas con centenarias chumberas y hasta ermita incluida.
Que preciosos lugares y gratos recuerdo.
ResponderEliminarEn Colombia cuando voy a la universidad adonde estudie casi no la conozco por los muchos cambios y adiciones que le han hecho.
Un signo seguro que nos hemos hecho mayores. Tengo una gran colección de fotos de mi Valencia al principio de 1900. Y pasa lo mismo.
EliminarLas ciudades cambian mientras los hacemos nosotros por eso muchas veces no nos damos cuenta, me parece una buena idea pasear los recuerdos y constatar lo que fue y como es. Me ocurre tambien cuando voy a una ciudad a la que hace tiempo que no había ido y veo comercios de toda la vida que ya no están, incluso edificios enteros han cambiado. Abrazos
ResponderEliminarEs un cambio constante, el tiempo y el progreso no perdona.
EliminarYo digo cuando vaya a santander, tendre que ir con un guia porque me pierdo, toda cambia y cambiamos, ¿a que tu juventud, y la juventud de hoy? solo se parecen en la "J"
ResponderEliminarUN ABRAZO
Sobre la juventud de hoy haré una entrada el 21 que te sorprenderá.
Eliminarun gusto descubrir tu espacio Marcos.
ResponderEliminarCuando lo desees te espero por el mio.
Saludos.
Me alegro Adriana. Tu blog es un remanso de paz en el camino. No he encontrado como seguirte.
EliminarCaro Marcos, gostei do seu texto (e também das fotos), no qual você fala das mudanças que tem observado na sua cidade. Comigo também acontece o mesmo, estou sempre observando todas as mudanças da cidade, pela urbanização, aqui em Porto Alegre, no Sul do Brasil, fronteira com a Argentina e o Uruguai.
ResponderEliminarUma ótima semana.
Abraço.
Pedro.
O tempo faz-nos velhos, mas o progresso não perdoa e é imprsecindible.
EliminarPues imagina en ciudades como Atenas o Roma, donde ya son milenios los entremezclados. Un abrazo y tu cafelito.
ResponderEliminarEn Atenas han sabido combinar los tiempos, respetando en los sotanos su historia
EliminarEsos contrastes son increíbles.
ResponderEliminarBesos.
Me agrada sorprenderme a mi mismo. Bss
EliminarA veces chocan esas mezclas, pero también dan sabor a la ciudad y hablan de movimiento, dinamismo, evolución... Una buena selección de imágenes, Marcos.
ResponderEliminarBesos mil de las dos.
J&Y
Sin duda,m cada vez me gusta mas visitar el extraradio para ver contrates.
EliminarY que sigas resistiendo mientras puedan !!!
ResponderEliminarEstas evoluciones son para bien, aunque cada vez añoro mas la tranquilidad y el sosiego.
EliminarValencia me parece que luce mas bella que nunca. En los años 50 era demasiado gris.
ResponderEliminarSe le ha dado un cambio progresista y moderno sin perder su antiguo espiritu de pueblo. Yo no podría vivir en Madrid con sus atascos diarios.
EliminarEs que como dice Don Hilarión..."¡hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad!"
ResponderEliminarMe encanta Valencia como es ahora, ahora la veo con la luz que Sorolla captó en sus lienzos.
Un abrazo Marcos.
Ángeles
Yo tambien la veo muy bonita, y los contrastes denundcian que ya no es un pueblo grande, como antes.
EliminarLa modernidad tiene esas transformaciones, aparecen y desaparecen edificios o casas que tenían encanto pero también en los contrastes está la belleza
ResponderEliminarSaludos
Es la evolución, hay que tomarlo como lo que es, las nostalgias quedan solo en un rinconcito de nuestro corazón.
ResponderEliminarTodo va evolucionando..,
ResponderEliminarMuy buenas fotos.
Un abrazo
A mí esos pequeños reductos me encantan, parecen humanizar la gran ciudad.
ResponderEliminarUn saludo.