LA PARTE MECÁNICA DEL CAMPANARIO DE MESINA
En la cara oeste de la
torre, frente a la plaza, el reloj mecánico impulsa el movimiento de las
grandes figuras en bronce dorado.
A las doce del mediodía las
estatuas de Clarenza y Dina golpean las campanas, inmortalizando a dichas heroínas,
quienes en la noche del 30 de marzo de 1282, durante las vísperas sicilianas,
dieron la voz de alarma tocando las campanas de la ciudad.
Siguiendo a las 12
campanadas se inicia el movimiento de los simbolismos de animales, moviendo el león
el estandarte a la vez que su rugido llena toda la plaza.
Le sigue el gallo
moviendo las alas y elevando su cuello para su llamada de aviso.
Se inicia entonces la
secuencia de la construcción de la Iglesia de Montalvo. (Historia religiosa).
Y a continuación los
momentos clave de la liturgia cristiana: Navidad, Epifanía, la Resurrección y Pentecostés.
También hay símbolos
relativos a la efímera vida del hombre, que pasa por debajo de la guadaña de la
muerte.
El museo de la técnica, de Berlín,
alberga una réplica de la torre en miniatura, con movimiento.
Tenía curiosidad por verlo en funcionamiento, así que echándome las alforjas al hombro, me he acercado hasta el famoso campanario y mira lo que he visto.
ResponderEliminarEstuve en primavera por allí y el guía explicó las anécdotas que se acumulaban en torno al reloj.
ResponderEliminarHe revivido unos instantes estupendos.
Saludos.
Pues ya sabes mas que yo que fui por libre. A pesar de las fecha el tiempo fue sensacional todo el viaje.
ResponderEliminarUna información encantadora y las fotos estupendas. Se ve que estuvieste allí, en la torre, para verlo en primera fila... Me encanta saber que la jubilación te sienta tan bien. Creo que debe ser uno de los mejores momentos de la vida, a poco que la vida nos favorezca con buena salud y buen humor. Enhorabuena. Saludos cordiales.
ResponderEliminarMuchas gracias Isabel. La verdad que mi único punto deficiente en cuanto a salud, es una "dureza de oído", galopante. El buen humor no me falta, y para lo que hay que oír ...
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