Acabo mi pequeño homenaje a mi salita Isabelina, con el resto de lo expuesto en las semanas anteriores.
A la derecha de la mesa central, atrás una vitrina similar a la descrita la pasada semana, decorada con taracea de madera y hueso grabado, madera barnizada y placas de carey. Es de manufactura española, posiblemente granadina.
En su interior un Juego de té de porcelana “Viejo Paris” (1850). Y Cafetera de porcelana China época Qianlong (1736-1795).
Finalmente, delante en el lateral derecho una mesa con fiadores que forma conjunto con la vitrina situada a su izquierda. Presenta la misma decoración y materiales.
Sobre la misma:
Un soberbio tazón de vidrio de La Granja (1850) con una
cajita de metal esmaltado (1850)
Un esenciero de porcelana francesa.
Una escribanía francesa. Y dos candeleros de plata.
Sobresaliendo atrás, Un preciosos Jarrón de Sévres.
Tras la mesa central, destaco dos bodegones al óleo, ambos de José Felipe Parra Piquer, pintados sobre 1860. El primero bodegón de Liebres y Aves muertas, el según también de aves muertas y un mono.
Ya sabéis tanto como yo de esta encantadora salita
Isabelina. Un tesoro.
Luego aprovecharé para llevarme un Jarrón de Sévres a mi casa y utilizarlo como florero para poner flores silvestres, pero de momento es para decirte que en esta entrada, te he dedicado el artículo y concurso por haberme llamado "tacaño"
ResponderEliminarPremio de 6.000 dólares USA
Gracias amigo por tu simpatía. Si cobras, acuérdate de pagarme, mi sastre te lo agradecerá.
EliminarGracias por llevarnos virtualmente a la salita a través de tus ojos, Marcos.
ResponderEliminarPreciosos objetos sin duda.
Un abrazo.
Os he dado la paliza de mi salita, en tres entradas. Perdonadme si me he pasado.
EliminarBelleza y artesanía.
ResponderEliminarUna hermosa muestra de arte.
Un abrazo.
La belleza e la perfección siempre enamora a los espíritus sensibles. Gracias por tu visita.
EliminarQue epocas en que se tenia tiempo para realizar tantas bellas obras de arte!!!
ResponderEliminarSaludos
Lo que contaba era la obra final, no importaba el tiempo. Besi
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