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He dormido inquieto, soñando que estaba paseando por la “Gran Manzana”, entre la sexta Ave y la 48th, por Rockefeller Center, y digo yo, para eso están los recuerdos, pero al despertar y mientras desayunaba, me ha vuelto la inquietud y un cierto desasosiego; me he arreglado en un plis-plas y he salido a la calle a recorrer mi ciudad.
Mis temores se han hecho, realidad, ¡LOS AMERICANOS NOS HAN INVADIDO!
Y a pesar de todo sigues diciendo..."mi ciudad" supongo que esta globalización hace que cuando estás fuera, no te sientas tan forastero como antiguamente.
ResponderEliminarBonanit
Hoy son los americanos, ahi tienes el Halloween, mañana serán los chinos, es el progreso...
EliminarMarcos , por acá también sucede , tampoco me gusta , pero parece que es lo que hay...saludito
ResponderEliminarY el tema es que los jóvenes prefieren cualquier novedad a las tradiciones.
Eliminar¿Recorriste Santiago de Chile?
ResponderEliminarAunque no creo, porque acá te habrías encontrado además con anuncios de "sale" en vez de liquidación
Todo cambia Esteban, en ... años igual se habla español en USA; he visto alguna "Washateria".
EliminarDemasiados alienígenas nos invaden y no olvidemos a los chinos, los nuevos amos del mundo, los que han comprado gran parte de la deuda de los EEUU, esa es otra invasión que padece nuestro pequeño comercio, para esos les hemos dado las facilidades que negamos a los nuestros.
ResponderEliminarSaludos,
Efectivamente ya lo estamos viviendo. Mi padre decía si algun dia se dan cuenta los chinos de su potencial, solamente que se levanten y vengan andando, conquistarán toda Europa.
EliminarEs lo que hay. La americana la estamos sufriendo desde que conquistaron casi toda Europa, recordemos la II Guerra Mundial pues fueron los únicos vencedores. Se les escapó Rusia. Y ahora ya estamos siendo invadidos por los chinos y otros pueblos orientales que nos llevan una gran ventaja en cuanto a productos tecnológicos.
ResponderEliminarEsta vida siempre tiene dos bandos: vencedores y vencidos.
Pronto le tocará pasar por la piedra a USA, si no le está tocando ya.
Un abrazo, Marcos.
Y algún día, quizá no muy lejano, le va a tocar por fin a Africa, que duda cabe.
EliminarY te ha cundido mucho la mañana, fotograficamente hablando, despues de la pesadilla. Sobre los susodichos no son los únicos que nos invaden, aunque ellos cunden más. Saludos.
ResponderEliminarLa verdad, entre mis nueva experiencias, si sales con una idea, fijándote a tu alrededor, te llevas grandes sorpresas con la cantidad de cosas notables que cotidianamente te pasan desapercibidas. (Bueno, habrás observado que hay bastante ficción en mi entrada, pues duermo como un bendito.)
EliminarAsí es, Marcos. Absorbemos todo lo extraño mkucho mejor cuanto más hortera sea. Es una máxima que parece extraña en un país con una de las mejores cocinas del mundo. Ahora, todo es grasa y congelados de potentes empresas multinacionales que extienden sus raíces chupando la savia fresca de quienes, con torpeza, les ofrecen dinero y tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo, Marcos.
Antonio, cuando mi esposa hace uno de los "pucheros" como lo hacía mi madre, con tres ollas lo menos para que quepa todo, y un caldo que se puede cortar con cuchillo. Que se quite toda la fast-food del mundo.
EliminarHola Marcos.
ResponderEliminarA mi lo de la comida me parece una alternativa más, evidentemente debería moderarse. Pero están ahí y si tú quieres vas y si no, ni te enteras.
Pero lo que a mi particularmente si le molesta y mucho es Halloween, una costumbre Americana que nos han inundado. Te tocan el timbre de noche una y otra vez, molestando tu tiempo de descanso. Tiran huevos a las casas......
¿alguien piensa en una rondalla canaria bailando por la 5• avenida?
Un abrazo.
Menos mal que solo es una noche al año. Recuerdo con nostalgia una vez que vino la tuna a rondar a mi hermana, que bien nos lo pasamos. Y cantaban bien fuerte, que viviamos en un 5º piso.
EliminarSi nadie fuera al McDonald, no tendríamos McDonald. Está claro ¿no?
ResponderEliminarUn saludo OK americano, Ángel
Mis nietos los primeros, no los sacarías de la hamburguesa y la pizza.
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