EL ORO SOBRE LA PIEL (Y III)

Con esta tercera entrega cierro mi visita a la exposición EL ORO SOBRE LA PIEL. En las dos anteriores os comentaba las joyas lucidas en los cuadros seleccionados, sobre personalidades y tema religioso. Hoy nos fijamos en tres cuadros de retrato femenino.

Retrato de mujer mirando al espectador con expresiva y cautivadora mirada, vestida con atuendo regional, sosteniendo una manzana en su mano, y ataviada con camisa de seda anaranjada, mantón negro y pañuelo en la cabeza, anudado a la manera popular. Luce pendientes con cinco piedras o cristales color esmeralda, engarzados tres de ellos pinjantes. Esta pintura de carácter costumbrista se inscribe en un populismo idealizado al estilo de Julio Romero de Torres. Esos tipos de marcados rasgos humanos y vivo cromatismo, se centran en hombres y mujeres de tierras castellanas.

Retrato del busto de la artista Amparo Guillem con la cabeza vuelta casi de perfil, en expresión seductora y vivaz. Ataviada con gracia y exuberancia, lleva el cabello recogido tras la nuca con dos flores prendidas a un lado, y un amplio escote que resalta el llamativo pendiente de pedrería. Este se compone de una roseta alargada y tres piezas pinjantes, la última de las cuales termina en punta aguda.

Pintura costumbrista de pincelada suelta, algo abocetada, que muestra a una anciana sedente vestida con ropas aldeanas haciendo labor; la oscuridad que envuelve la estancia contrata con la luminosidad que enfoca el rostro, y su expresión algo ausente, de su ocupación del momento, así como las envejecidas manos que hacen calceta. Este recurso estilístico nos permite apreciar la alianza de oro que luce en el dedo corazón de su mano izquierda, identificativa de su condición de mujer casada o viuda.