Actualmente en España existen más de 2,3 millones de personas que son dependientes, de los que aproximadamente un 70 por ciento requieren la ayuda desinteresada de un cuidador, una figura que recae en la mayoría de los casos en un familiar.
La dedicación y el cuidado por parte de un familiar es una realidad en muchos casos no reconocida por la sociedad, que mayoritariamente lo ve como "un cuidado informal", un calificativo que no convence dado el valor que tienen por su labor y papel con las personas dependientes es esencial en España.
Hay que tener en cuenta que casi 8 millones de personas en España son mayores de 65 años, es decir un 17 por ciento del total, y hasta un 5 por ciento de la población sobrepasa los 80 años. Por eso cuando hablamos de dependencia hablamos mayoritariamente de personas mayores.
En concreto, la figura es femenina y singular, ya que más del 85 por ciento de las personas que cuidan son mujeres, y más del 90 por ciento de estas mujeres cuidan de forma exclusiva y única aunque este perfil podría cambiar en 5 o 7 años con la incorporación de la mujer en el mundo laboral; tarde o temprano gran parte de la población terminará convirtiéndose en cuidador de sus mayores.
A pesar de que el cuidador ejerza esta labor "con entrega y cariño", es decir de forma desinteresada, el desgaste físico y emocional es tremendo e importante. Y la mayoría sienten mucha zozobra porque siempre tiene la sensación de que lo puede hacer mejor y pueden hacer mas.
Es de justicia reconocer, valorar y agradecer este importante trabajo. GRACIAS CUIDADORES.
Gracias cauidadores, tienen una labor admirable.
ResponderEliminarfeliz fin de seamana
Ciertamente son héroes anónimos MªJesus.
EliminarCumplen con un cometido no siempre reconocido, las personas a las que acompañan en ocasiones no solo necesitan cuidados físicos, también tiene falta de memoria. Un aplauso para ellos y un abrazo para ti por recordarlos
ResponderEliminarTodo el mérito es de ellos, y mas pronto o mas tarde los necesitamos.
EliminarEfectivamente no es reconocida esa labor, junto a mi mujer fuimos cuidadores de mi suegro. El desgaste físico y moral es realmente impresionante, no podíamos salir de casa y cuando lo hacíamos para comprar alimentos lo teníamos que hacer uno de los dos (mi suegro estaba encamado). El ir al pueblo se acabó, lo tenía que hacer yo solo por si se había helado alguna tubería en invierno, para ver como estaba la casa y el jardín.
ResponderEliminarEn ocasiones la comida y la cena por la desgana y el cansancio nos la saltábamos...
Es evidente que la convivencia se altera, y los planes se desmoronan, pero tambien es una dicha el sacrificio porque enriquece.
EliminarEs una gran labor, y se merecen este post, debe ser un trabajo duro, ademas es gran ayuda para la sociedad.
ResponderEliminarEl estado tiene una gran ayuda con esos familiares desinteresados, no lo valoran como es debido.
EliminarDe donde debemos deducir la importancia de una atención subvencionada. Cuando escucho: "... sí, nos han dicho que le cuidemos porque como nosotros, su familia, no lo va a hacer nadie", y obligan a la extraña caridad que supone un cambio radical en las vidas de jóvenes o adultos jóvenes, me siento muy mal. No, no debería ser así. Si pueden, siempre deben ayudar pero no saben bien qué cuidados son los más idóneos. Esto solo lo sabe un cuidador que les dirija y ayude. Hacen falta muchos profesionales que ayuden. Quienes deben ser ayudados ya han cumplido una larga vida de trabajo y beneficio para la sociedad.
ResponderEliminarUn abrazo, Marcos.
Mi poca experiencia, solo cvon mi madre, me dice que el enfermo o que prefiere es el cuidado de los suyos. Claro que puede ser que necesite cuidados profesionales que nosostros no sabemos, pero en cualquier caso no eximo al Estado. que ha de compensar esa atención con leyes o ayudas.
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