Si miráramos la ciudad de Valencia desde el aire apreciaríamos que la ciudad tiene un ombligo, un círculo claramente identificable en el centro de la ciudad. Es nuestra “Plaza Redonda”.
En su mismo centro hay una alberca circular construida en 1840 por Salvador Escrig, e inaugurada el 1850. Esta es una de las ocho fuentes de agua potable, construida para dar servicio a la ciudad, después de la de “La plaza del Negrito”.
En el centro de su taza circular, un pilar columna presenta cuatro caras de bronce para la salida del agua. Inicialmente la columna estaba rematada por un farol, que con la reforma de la plaza, se ha cambiado por un remate ornamental.
Una anillo circular en acero recuerda los diversos nombres que ha conocido esta plaza: El Clot, Plaza Nueva, Plaza Circular, Plaza de la Regencia, Plaza del Cid, Plaza Redonda, Plaça Redona.
Además de una cita a ella referida en la novela “Arroz y Tartana”, de Vicente. Blasco Ibáñez.
Recuerdo cómo era antes de la reforma. Descuidada, pero los domingo como un rastrillo y en el centro, en torno a la fuente, mercadillo de animales, Hoy, aunque hay opiniones para todos los gustos, lo cierto es que esta siempre llena de gente y turistas.
ResponderEliminarUn saludo.
Ha perdido aquel glamour de tener que entrar apretándote la cartera. Recuerdo la de cosas que compré después de la riada del 57
EliminarUna de nosotras conoce Valencia y puede dar fe de la belleza de esa plaza. Además, el mercadillo es un gran aliciente para nosotras, jeje.
ResponderEliminarFeliz fin de semana y un beso grande de las dos.
J&Y
El actual es mas bien un mercadillo turistico sobre todo en artesanía, puntillas de bolillos, etc.
EliminarAhora está preciosa pero antes tenia mas encanto. Un abrazo
ResponderEliminarHa quedado demasiado a séptica, diría yo.
EliminarGracias por enseñárnosla. Besicos.
ResponderEliminarCompartimos nuestras ciudades y aprendemos los dos. Bss
EliminarUnas fotos muy bonitas. Uno de los muchos encantos que nos has mostrado de tu tierra.
ResponderEliminarGracias.
Un beso.
Y se mantienen antiguas tradiciones según cada entrada a la plaza. Los domingos en una de ellas se venden cachorros de perros, en otra los niños que quieren cambiar cromos de sus colecciones, la que dá a Santa Catalina era la de los charlatanes, ahora es de bares con mesitas.
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