En escudo losanjado, campo de oro con cuatro palos de gules, dos eles coronadas como sostenes y en la parte inferior dos ramas de laurel. Al timbre, corona real abierta surmontada de un murciélago, visto de frente y con las alas extendidas, de sable.
En el siglo XVII, aparecía en algunos escudos reales la figura del murciélago, popularmente conocido como lo rat penat. Existen numerosas leyendas que explican el porqué de la aparición del murciélago en el escudo, todas ellas relacionadas con el asedio de la ciudad por las tropas de Jaime l el Conquistador aunque la más verosímil es su adopción en similitud con el dragón usado en la cimera como emblema personal por el monarca Pedro IV el Ceremonioso.
Todas las leyendas al respecto sobre la incorporación del murciélago al escudo de Valencia son similares. Copio y pego la que nos cuenta en su blog, “pasajero 56”, como mas novelesca.
La leyenda del murciélago está relacionada con la conquista del reino de Valencia y tenemos que viajar en nuestra máquina del tiempo hasta el atardecer del día anterior a la toma de Valencia, en septiembre de 1238, de las tropas de Jaime I, el Conquistador, tras dos meses de asedio. En aquel campo, entre Sagunto y Puzol, se encontraban las tropas cristianas con las armas y enseñas listas para el ataque.
De repente, un murciélago se posó en el mástil del pendón que estaba sobre la tienda del rey. Un símbolo de mal augurio para todos, hasta el punto que el rey Jaime tuvo que arengar a sus tropas para tranquilizarlas. Les explicó aquella profecía árabe que auguraba que mientras el murciélago pudiera volar todas las noches Valencia se mantendría en poder musulmán. Ahora ese murciélago posado sobre la tienda del rey auguraba el triunfo cristiano y debían dejarle tranquilo y no le asustasen. En realidad, el rey Jaime era consciente de la superioridad numérica de sus tropas y del deseo del príncipe Abul Zamalek en capitular y negociar la rendición. Las palabras del rey tranquilizaron a sus soldados.
Una noche, el silencio del campamento fue roto de repente por un extraño ruido que despertó a los centinelas. La guardia se dirige a avisar al rey y este ordena a sus capitanes que diesen orden de extremar la vigilancia. En ese momento se descubre que las tropas moras se hallan muy cerca a punto de atacar a las tropas de Jaime I por sorpresa. Con toda rapidez, los soldados cristianos toman las armas y presentan batalla al ejército moro. Tras varias horas de lucha terrible, las bajas producidas entre los musulmanes les obligan a retirarse. El ataque sorpresa había sido rechazado por las tropas cristianas y el camino hacia Valencia quedaba expedito para su conquista.
En medio de la euforia por el triunfo, el rey quiso premiar al que había dado la voz de alarma y preguntó cual había sido el origen de aquel ruido que había despertado a su ejército y le había permitido presentar batalla. Nadie pudo contestar a su pregunta hasta que advirtieron que había sido aquel murciélago que había anidado sobre la tienda del rey, el cual se había estado golpeando estrepitosamente contra un tambor y arrojado al suelo algunas armas, produciendo aquel salvador ruido en mitad de la tranquila y silenciosa noche.
Me leí la historia (hace años, por consejo de mi padre) porque no entendía que hacia un murciélago en el escudo. Son bichos que no me gustan nada. Has hecho bien en contarlo. Abrazos
ResponderEliminarUna noche se nos coló uno mediano en el apartamento y al final lo pillamos en una puerta y daba miedo como enseñaba los dientes. no fue facil sacarlo.
EliminarDesconocía esa historia, me parece muy interesante la leyenda. Abrazos
ResponderEliminarTodas las leyendas son parte ficción y parte realidad, supongo es lo que comentaba en las noches junto al fuego, cuando no había tele ni radio.
EliminarPreciosa, me ha encantado conocerla. Gracias Marcos.
ResponderEliminarHistorias de nuestros ancestros.
EliminarLlama la atencion verlo en el escudo, pero la leyenda lo justifica
ResponderEliminarGrato leerte
Saludos
Valencia cultiva mucho arroz, y por tanto aguas estancadas y mosquitos, está prohibido cazarlos.(aunque de pequeños lo hacíamos), Como se mueven por radar, agitabas una caña en alto, y acudían a las vibraciones, se daban con la caña, y caían.
Eliminar¡Anda, que leyenda tan interesante y emocionante, Marcos! Nos ha gustado mucho conocerla
ResponderEliminarUn beso fuerte de las dos
J&Y
Murciélagos que no vampiros
EliminarEsta leyenda la conocía. Aunque tuve que consultar muchos enlaces.
ResponderEliminarJubi, ni me acordaba, la he leído en varias versiones y se me ha ocurrido ponerla. El Alzheimer empieza a atacar, malo, malo.
EliminarQué historia! No sabía que el murciélago era debido a esa superstición. Muy bueno!
ResponderEliminarBesos
es parte de nuestra historia.
EliminarUn relato histórico muy interesante. Aprendemos mucho con tu blog y tu digna investigación.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Goriot.
Me contenta te guste.
EliminarMe da igual si es cierto o leyenda, pero me encanta leer estas historias sobre mi querida tierra.
ResponderEliminarUn saludo.
Todo tiene una razón, aunque se nos pase desapercibida por usual.
EliminarHabría que otorgar entonces alguna medalla al valor al murciélago. Que tiempos aquellos en los que dependíamos de los augurios. Igual que ahora, por otra parte, porque la superstición sigue con nosotros.
ResponderEliminarEs una bonita explicación, sea cierta o no.
Aquí siempre bien mirado porque devoran los mosquitos.
EliminarHabría que otorgar entonces alguna medalla al valor al murciélago. Que tiempos aquellos en los que dependíamos de los augurios. Igual que ahora, por otra parte, porque la superstición sigue con nosotros.
ResponderEliminarEs una bonita explicación, sea cierta o no.