Esta imagen mariana, antaño custodiada por la milicia ciudadana del Centenar de la Ploma en la iglesia de san Jorge de Valencia, y en la actualidad venerada en la parroquia de San Andrés de Valencia, ha sido restaurada por la Generalitat Valenciana, a través del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals, y ha contado con la colaboración del Servicio de Restauración y Conservación de la Diputación de Castellón.
En 1707, el Decreto de Nueva Planta promulgado por Felipe V ordenaba la disolución de esta compañía creada por Jaime I. Esto supuso la destrucción de sus edificios y la dispersión de sus bienes. De esta forma esta imagen mariana pasó a la cercana iglesia de san Andrés, actualmente san Juan de la Cruz. El rey Jaime I era un gran devoto de la Virgen y siempre llevaba consigo una imagen en sus campañas militares.
Este modelo de Virgen sedente, que muestra un fruto en su mano derecha (probablemente la manzana del paraíso). y en la izquierda debía sujetar al Niño Jesús para mostrarlo a los fieles como fuente de gracia y salvación (actualmente perdido), debió acompañar - según la tradición - al monarca en la conquista de Valencia, pues está documentada su salida en procesión como una reliquia “jaimina”. La talla de madera dorada y policromada, presenta a la Virgen como Theotokos o Trono de Salomón. A lo largo de su historia esta imagen ha sufrido múltiples repintes y aditamentos que han desfigurado su aspecto original, siendo la intervención llevada a cabo hacia 1940 la más agresiva, pues alteró totalmente su fisonomía y se le añadió un Niño Jesús del siglo XVIII, que no guarda ninguna relación estilística con la Madre, al igual que la corona que porta claramente añadida pues tampoco corresponde con el momento de su talla. Estilísticamente la imagen entronca con la tradición románica en la que es destacable su frontalidad y hieratismo.
En su parte posterior se aprecia una anilla para su supuesto traslado durante las campañas bélicas. Respecto al autor de esta obra hay que decir que hasta bien entrado el siglo XIV no se documenta ningún escultor en activo en Valencia, por lo que hay que pensar que las imágenes conservadas anteriores a dicha fecha fueron donaciones efectuadas por los monarcas o por los repobladores de estas tierras, y en cualquier caso procedentes de otros territorios de la Corona de Aragón.
Fuente Consellería de Cultura, Generalitat Valenciana.
Realmente interesante, son muchas las obras que sufren modificaciones intentando restaurarlos. Un abrazo
ResponderEliminarY algunas retoques que nunca debieron hacer
EliminarRealmente interesante, son muchas las obras que sufren modificaciones intentando restaurarlos. Un abrazo
ResponderEliminarQue curioso. Gracias.
ResponderEliminarLa llevaban para dar fuerza moral a las tropas.
EliminarNo conocía esta historia, ya que cuando doné la imagen siendo señor del conde indígena Aznar I Galíndez. Primer conde independizado del pequeño condado de Aragón, no sabía la repercusión que iba a tener la imagen.
ResponderEliminarCuentame la historia que no la conozco. Yo he entendido que esta virgen la llevaban a caballo en las batallas del Rey D. Jaime.
ResponderEliminarImpresionante! La misma que le acompañaba en las batallas? Madre mía, a veces vemos cosas y no sabemos su inconmensurable valor. Si te hubiera descubierto cuando vivía en Valencia no pararía de andar descubriendo cosas por la ciudad.
ResponderEliminarMe quedo con el dato para visitarla cuando vaya.
Gracias!
Besos
Ja, ja.Tendrás que venir con una agenda muy grande...
EliminarAnda que no aprendo contigo, Marcos...
ResponderEliminarMe dejaste pensando en lo de las batallas. Que bueno que no se haya perdido o roto.
Abrazo
Parece ser se la tenía en gran estima entre la tropa, por eso ha perdurado.
EliminarInteresante como siempre, desconocía gran parte de esta historia.
ResponderEliminarAbrazo Marcos.
Muchas gracias por tu comentario, Rafa.
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