INVITACION PERSONAL

Desde el mismo momento de acceder a mi jubilación me han ido llegando en el correo tanto a mi nombre como al de mi esposa un aluvión de invitaciones personales. Solo por la asistencia, y sin obligación de compra, prometían regalos de jamones, lotes de vino, sartenes y pequeños electrodomésticos. Otras veces eran invitaciones a viajes hasta de dos días por una pequeña aportación, y detallando los copiosos almuerzos y comidas tradicionales que íbamos a disfrutar, realmente tentadores para los mayores, que casi todos estamos sometidos a dietas por una u otra razón.

En algunas exigían que llevases una cantidad de euros en metálico, aunque no los gastases y siempre para parejas de mayores de 65 años. Reconozco haber estado tentado en varias ocasiones, sobre todo en los viajes, pero mi esposa se ha negado rotundamente, una y otra vez participar, para evitar la obligatoria charla de ventas de larga duración, y someterse a la presión de los vendedores.

Pues hace unos días recibió una “Invitación personal” a una charla en un hotel de Valencia, prometiéndonos una tablet de 7”. Como la posible beneficiaria sería la mas pequeña de mis nietas, que siempre va buscando los móviles de sus padres para ver a “Pepa Pig”, contestamos que sí, con mi alegría de poder contaros de primera mano.

Habían programas tres charlas diarias y durante tres días, y elegimos las once de la mañana del primer día. Pasamos a un salón unas cincuenta personas, estando atendidos por un equipo de dos ayudantes y una vendedora.

La empresa que lo presentaba fue Medisalud, y la vendedora se llamaba Ana. Una mujer que era un “crac” con unas tablas y un don de gentes que se hizo con todos los presentes, llevándonos por donde quería en todo momento, menudo fichaje profesional.

La idea es muy buena porque todos los mayores cuando no tenemos una dolencia tenemos dos.

Al parecer, y dentro de una amplia gama que comprobé en internet, la entrevista era para recomendarnos la presoterapia para mejorar la circulación de las piernas y la eliminación de líquidos, ofreciéndonos el espectáculo de las pruebas a los voluntarios que se ofrecieron.

La formula de venta fue demostrar que el precio era muy elevado según una revista que mostraba, ofreciendo a los presentes, como privilegiados, un descuento del 46%, a lo que sumaba un regalo casi equivalente al 50% resultante. Y el objetivo estaba claro era forzar la venta de al menos cuatro unidades para que la entrevista fuera rentable. El coste resultante al final, comprobé por internet venía a ser equivalente a otros similares.

Como temía mi esposa, estuvimos dos horas de reloj pegados a la silla. Hubo un momento que estuve pensando cambiar mi reino por un café.

Al final, una nueva experiencia, y la alegría de mi nieta.