NO SOY UN “CARCA”

Tengo leído en alguna historia griega de dos mil años antes de Cristo, las quejas sobre el enfrentamiento generacional, donde los jóvenes juzgaban a sus progenitores de atrasados.

En la actualidad los términos pueden ser “Carca” o “Carroza”.

Reconozco que soy mas bien conservador, pero como ya he comentado en otras ocasiones, algunas veces opino a la derecha de la derecha y otras a la izquierda de la izquierda, como buen español.

Comparto con vosotros la definición de “Carca” que, Alfred López publicó en su blog “Ya está el listo que todo lo sabe”.

Se utiliza el término ‘carca’ para indicar, despectivamente, que una persona es retrograda y de ideas extremadamente conservadoras (aquel al que comúnmente conocemos como ‘facha’).

Algunas personas usan el vocablo carca también para decir a alguien que es un anticuado, decrepito y señalar que está acabado, pero este uso es incorrecto, ya que estas acepciones pertenecen al término ‘carcamal’, que nada tiene que ver con la palabra ‘carca’.

El término carca es un apócope de la palabra ‘carcunda’ y que fue ampliamente utilizada a mediados del siglo XIX para referirse a los carlistas, seguidores de Carlos María Isidro de Borbón (hermano de Fernando y pretendiente al trono de España) quienes destacaron por la defensa del absolutismo y ser excesivamente conservadores.

Pero el término carcunda no es originariamente español, sino que es un ‘préstamo’ que nos llegó desde la lengua portuguesa (con idéntico significado) y que había sido la palabra con la que nuestros vecinos lusos se referían (alrededor de 1820) a los absolutistas portugueses que se opusieron a la Revolución liberal de Oporto.

El tiempo dirá como les llamarán sus hijos.