Rafa Company, director del Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat, nos descubre la historia del concurso de diseño de la bandera española, a raíz de la exposición Les imatges del poder, actualmente en MuVIM, en Valencia
A finales del siglo XVIII España era una de las mayores fuerzas navales del mundo. En sus barcos ondeaba el paño de fondo blanco de los Borbones, cuyo escudo hacía de bandera de las naciones en las que reinaba la dinastía. No era la bandera de una nación, sino de sus territorios (vamos, que lo de las naciones es un invento moderno), y el escudo de armas ya con Felipe V (1683-1746) reemplazó a la Cruz de Borgoña como representación de la casa real.
Pero el hecho de usar una bandera blanca en sus barcos de guerra generaba problemas por la mala visibilidad de la misma, sobre cielos azules o blancos y haciendo ondear un escudo que fácilmente se perdía sin referencias o contrastes de ningún color. Y así es como un malentendido naval entre España e Inglaterra (un confuso ataque de los ingleses, por error) fue el detonante para que Carlos III (1716-1788) se decidiese a un cambio de bandera, no sólo para la armada naval sino para la marina mercante también, y convocó un concurso de diseño para escoger nueva enseña, que más de dos siglos después sigue vigente como la bandera española que todos conocemos
Antonio Valdés y Fernández Bazán,Capitán General de la Real Armada (una especia de Ministro de Marina), a las órdenes del rey, preparó un catálogo con los doce bocetos que recogió en un álbum como opciones para que Carlos III escogiese personalmente el diseño. Lo que no está muy claro, dos siglos después, es si el propio Valdés y Fernández Bazán fue quien realizó la docena de propuestas, pero la que éste colocó la primera de todas fue la que el rey eligió.
No pesó realmente en la elección ningún criterio simbólico ni heráldico, y se eligió puramente por condicionantes de ergonomía visual. De hecho el grosor de las franjas se cambiaría a posteriori, precisamente por un tema de ajuste óptico para que en la lejanía quedasen igualados los pesos y de paso pudiera caber a mayor tamaño el escudo de armas. Un proyecto de diseño desde cero, y como tal, no puede huir del típico caso de make my logo bigger.
De un artículo de XAVI CALVO
Sí que lo conocía, me entusiasman las cosas históricas y curiosas. Pero hay muchos que no lo sabrán y es de agradecer esta aportación de conocimiento en algo que nos atañe muy directamente.
ResponderEliminarGracias, amigo Marcos, es interesante..
Lo que yo desconocía era los prototipos de banderas propuestos para la elección.
ResponderEliminarNo conocía la historia de la bandera de España, pero si que conozco lo que yo viví en Sidi Ifni haciendo la mili junto a la Legión, y eso no se me olvidará nunca.
ResponderEliminarIncluso en la última jura de bandera que se hizo en Sidi Ifni -antes de abandonar el territorio-, fui yo el que tuvo que poner altavoces, micrófonos y atender a toda la megafonía en la misa y en la jura propiamente dicha, de la Legión. Por ello siempre lo viviré cuando alguien canta una canción como por ejemplo "El novio de la muerte"
Nadie en el Tercio sabía
quién era aquel legionario
tan audaz y temerario
que en la Legión se alistó.
Nadie sabía su historia,
mas la Legión suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo el corazón...
No tengo ninguna bandera española en las ventanas y sin embargo...
Saludos..
Y sin embargo, lo llevas dentro. Me veo tradicionalista pero no un facha, y envidio a los americanos por su gran respeto a su bandera. Te comprendo.
Eliminarmuy interesante, no lo sabía y no sé porque no me lo pregunté nunca antes siendo yo un argentino tan español... así que fue casi de casualidad digamos ja... el tamaño de las franjas me gustan mas ahora, con el amarillo predominante... los otros diseños que mostrás, no se si ya influenciado por la historia pero no me gustan tanto... saludos y gracias entonces...
ResponderEliminarComo habrás leído fue una necesidad práctica, y tengo entendido que se hicieron a la mar varios barcos con las diferentes banderas para ver la que mejor se distinguía, hasta que perdieron la costa.
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