Pasear costeando, navegando en un dia soleado, para los marineros de secano, puede ser la gloria bendita, pero en menos de lo que cuesta pensarlo puedes encontrarte con un cambio de mar que ni te imaginas.
Y recuerda, siempre puede empeorar.
Según el viento, la Mar se puede poner:
LLANA.- Es la mar más plana
y tiene un ligero oleaje o nulo, las olas no superan los 30 centímetros por lo
tanto podríamos decir que tiene una ausencia total de oleaje. En algunos países
también se dice que el mar está como un plato.
RIZADA.- La mar rizada tiene
una altura de las olas de hasta 30 centímetros. Las olas pueden ser
consideradas como encrespadas. Comienza a rizarse por partes.
MAREJADILLA.- La mar
marejadilla tienen un oleaje de entre 30 y 60 centímetros de altura y podríamos
considerar que la mar tiene olas pequeñas.
MAREJADA.- La mar marejada
es común en el mediterráneo y tiene olas de entre 60 centímetros y un metro y
veinte centímetros de altura. Podríamos decir que las olas son pequeñas más
largas y alguna pequeña cresta.
A partir de aquí, mejor vuelve a puerto y disfruta un aperitivo en el Club Náutico.
FUERTE MAREJADA.- Se forman
olas más largas, con crestas de espuma por todas partes. El mar rompe con un
murmullo constante.
GRUESA.- .- La mar gruesa es
muy peligrosa y en raras ocasiones pasa en los mares, es un temporal más típico
de los océanos, las olas van de 6 a 9 metros de altura y son olas muy grande,
encrespadas acompañadas de fuerte viento.
MUY GRUESA.- En raras
ocasiones el mar llega a ser mar gruesa, es esta ocasión las olas llegan a 13
metros de altura. Las olas son altas, largas, impresionantes y con abundante
espuma.
ARBOLADA./MONTAÑOSA- Aumentan
notablemente la altura y la longitud de las olas y de sus crestas. La espuma se
dispone en bandas estrechas en la dirección del viento.
CONFUSA.- Mar en condiciones
muy excepcionales, las olas pueden tener una altura superior a los 13 metros. Las olas se hacen tan altas que a
veces los barcos desaparecen de la vista en sus senos. El mar está cubierto de
espuma blanca dispuesta en bandas en la dirección del viento y el ruido que se
produce es fuerte y ensordecedor. El aire está tan lleno de salpicaduras, que
la visibilidad de los objetos distantes se hace imposible.
Que lo disfrutes.
Peligrosa a veces, cautivante y suave en otras, "la" mar como señalas, Marcos, usando en plenitud la llamada licencia poética, atrae y subyuga con su magnificencia. Gracias por la lección acerca de sus estados y, digamos, su genio.
ResponderEliminarAtrae y subyuga, me encanta tu definición.
EliminarLe tengo mucho respeto pero a veces me entusiasmo por su belleza y me dejo llevar, cuanto mas enfadada está mas guapa se pone, aunque es cierto que el mar no avisa como la montaña que siempre te da señales ante el peligro. Una entrada para los navegantes. Abrazos
ResponderEliminarSiempre desconfiado. Entiendo que una persona del interior de la península se confíe, pero esos pescadores de roca que se los lleva el mar, no lo entiendo.
EliminarBuena documentación sobre el estado de la mar.
ResponderEliminarYo solo conozco el cruce del estrecho, cuando
hay mar de levante es tremendo.
Un abrazo.
Conozco el levante en Huelva, que es nuestro poniente.
EliminarYo siempre he oído que es muy traicionera y que se lleva todo lo que le han quitado, como los terrenos ganados al mar, pero creo que no podría vivir en un lugar donde no pudiera verlo... y su olor es gloria bendita. Abrazos
ResponderEliminarTambien los ríos vuelven siempre a su cauce a reclamar lo que es suyo. Cada hora del día tiene su color.
EliminarHermosa y traicionera.
ResponderEliminarMuy buena información.
Un abrazo.
Es que sales con un mar y regresas con otro.
EliminarYo no se como está la mar, pero como has dicho que invitabas a un aperitivo en el club náutico, pues aquí te estoy esperando.
ResponderEliminarLo siento, sigo navegando que la mar está plana. Tengo un amigo que tiene un barquito cerca de aquí, en la Puebla de Farnals. No tiene idea de navegar, pero hacemos unos almuerzos...
ResponderEliminarYo si que soy de secano, pero tú estás hecho un marinero de tres pares de cojones; anda y que no sabes de vientos y mareas.
ResponderEliminarAbrazo Marcos.
Siempre de prestado Rafa. Si no hay barco, eres de secano como yo. Cuando me casé le propuse a mi novia el vivir en un velero en lugar de comprar piso. En cuanto vió en un documental la mojada de una arriando un foque, se acabó de decidir.
ResponderEliminarRecuerdo bien esa terminología. Hice la mili en la marina y los parte meteorológico así hablaban del estado de la mar.
ResponderEliminarSaludos.
Mejor conocerlos sin vivirlos.
EliminarMe gusta ver el mar encabritado... pero claro... desde la costa.
ResponderEliminarRecuerdo un año en Galicia, concretamente en Costa da Morte, que vi unas olas como nunca... los temporales allí son terribles, en el faro habían tenido que construir una especie de túnel en superficies, desde la casa del farero al faro en sí porque si no el viento se llevaba al farero.
Saludos.
Me contaba un conocido, que siendo ya capitán de marina mercante, le recomendó su padre que pasara una temporada de pesca con atuneros del mar del norte, y que estuvo tres dias vomitando creyendo que se moría antes de adaptarse.
ResponderEliminarUna buena lección nos has dado
ResponderEliminarSaludos