Recibidos y acompañados
hasta la estación de Moncada, donde conocimos a nuestro guía: el director del
Museo Arqueológico Municipal D. Josep Maria Burriel. Persona joven, con gran
conocimiento y enamoramiento de su trabajo, que transmite con palabras
sencillas y amenas hasta hacerte cómplice de sus vivencias.
Moncada fue un crisol de
culturas: Ibera, Romana, Islámica y Cristiana, donde el ciudadano de la época,
en mi impresión personal, se supo adaptar en todo momento a la cultura que le tocaba
vivir, pero sin estridencias, trabajando y disfrutando
del momento. Algo así como el prototipo del clásico valenciano, un poco
“mesinfot”, que vive y deja vivir. La parte de Moncada que visitamos transmitía
esa “paz” y tranquilidad de pueblo feliz y que es tan difícil de encontrar en
estos tiempos.
Visitamos la
Casa Comuna de la Real Acequia de Moncada, el
Ayuntamiento que fue palacio de los Condes de Rotova. Las ruinas islamicas de
“El Ravalet”, la Casa Gótica.
El convento de las Franciscanas lo vimos desde la calle pues no se pudo visitar
el claustro. La Iglesia Parroquial de San Jaime, El
Museo Arqueológico, La “Finca Roja” de la familia Gavarrot. El Mercado Viejo y la Ermita de Santa Bárbara,
donde las ardillas bajaban de los árboles para vernos. A nuestra solicitud,
Josep nos recomendó, con gran acierto, donde restaurar nuestras fuerzas.
Nuestro agradecimiento a Metro-Rutas y Valencia, Terra i Mar, por esas
iniciativas. Repetiremos..
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