viernes, 18 de diciembre de 2015

EL PARDAL DE SANT JOAN




La Iglesia de los Santos Juanes, declarada en 1947 Monumento Histórico Artístico Nacional, se titula Real, desde 1858, por decreto de Isabel II que la visitó el 2 de junio del mismo año, como antes lo hicieron Carlos III, en 1706, y los reyes de Sicilia, Francisco y su esposa en 1823 y en 1902 lo hizo la Infanta Isabel de Borbón, ex Princesa de Asturias.

Al límite de las murallas musulmanas de la ciudad, lo que en su tiempo se denominaba arrabal de la Boatella, existía una mezquita que a su vez estaba edificada sobre una iglesia visigoda dedicaba a San Juan Bautista. Fue en 1240 cuando el que fue Arzobispo de la Ciudad, Ferrer de Pallares, hizo la donación de la mezquita para que se construyera una iglesia dedicada a San Juan Bautista, titularidad que posteriormente paso a compartir con San Juan Evangelista, por lo que la conocemos como Real Iglesia de los Santos Juanes.

Si nos centramos en su fachada trasera, justamente frente a La Lonja, en su preciosa fachada barroca, se remata con campanil triangular con balcones en sus esquinas, y un reloj sobre el Agnus Dei, sentado sobre el libro de los siete sellos del Apocalipsis, y en lo más alto una pirámide con una esfera sobre la que descansa la veleta, motivo de esta entrada.

La veleta es una representación del águila de San Juan evangelista sobre una esfera. En su pico sostiene una cadenilla suspendiendo un tintero y una pluma de ave. Es obra de Gregorio Ucella y Antonio Almela, quienes recibieron 51 libras en 1701.

En valenciano llamamos “pardal” a pájaro, y popularmente se la conoce como “El pardal de Sant Joan”, (El pájaro de San Juan), Que como nó, cuenta con su propia leyenda.

“Cuenta Blasco Ibáñez en Arroz y tartana- -tomándolo exactamente de la realidad- -que antaño los serranos (del bajo Aragón), deseosos de que sus hijos sé desenvolvieran en el propicio ambiente de la ciudad de Valencia, los llevaban frente a la parroquia de los Santos Juanes y les decían que mirasen al águila hasta que se moviera y emprendiese el vuelo... Así lo hacía el obediente retoño, poniendo en la espera sus cinco sentidos. Y ello era aprovechado por el padre para zafarse y dejar al hijo abandonado a su propia suerte. Cuando el muchacho se daba cuenta, mostraba la natural congoja. Y ello le valía para que algún tendero se apiadara de él y le pusiera al servicio de la tienda: tienda que acababa siendo del mancebo si no optaba por hacerse otra igual..."




Fotografía tomada de la red.

8 comentarios:

  1. Hoy una entrada de lujo, con leyenda incluida, cuanto mas nos cuentas de Valencia mas me gusta y ya me gusta mucho. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Qué bien sabes intercalar todas las cosas que nos interesan, porque nos interesan mucho todas, sobre todo las de tu ciudad. Besetes.

    ResponderEliminar
  3. Es preciosa, pero no la había reconocido hasta que no has dicho que está frente a la Lonja. Todo ese conjunto es precioso.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa es la fachada trasera, pero es mas bonita que la delantera.

      Eliminar
  4. Creía que te había dejado ayer un comentario, pero por lo visto no le di a publicar.
    Te decía que esta leyenda no la conocía y ya sabes que me gustan mucho e incluso tengo un apartado para irlas publicando.
    El conjunto realmente es impresionante.

    ResponderEliminar

Siéntete libre de expresar tu comentario en este blog.
Todas las opiniones serán bien recibidas siempre y cuando se redacten desde el respeto pues este solo pretende ser un foro donde compartamos experiencias para mejorar nuestro tiempo de jubilación.
Gracias por entenderlo y participar.