Supongo que las entradas de principio de semana sobre el Peñón de Ifach y Calpe os pudieron dar pistas de mi escapada a Calpe. Tenía la experiencia de un par de hoteles y unos apartamentos en tiempos pasados, pero faltaba ver lo que ofrecía el Imserso.
Al final de la Avenida Carlos Primero, al final de la playa de la Fossa te encuentras con los grandes edificios de Consum y Mercadona. Y frente a ellos el Hotel Diamante Beach, un cuatro estrellas de dudosa calificación aunque el edificio sea imponente. Que aun teniendo referencias del mismo, no es sobre este hotel mi comentario, sino sobre el Hotel Esmeralda que lo tenemos a pié de playa.
Es un hotel tres estrellas dentro de lo que me he encontrado en estos viajes, aceptable pero necesitado de mejoras. El bloque “Esmeralda” está compuesto por dos edificios diferenciados, aunque parezca una unidad. La punta que dá a la playa directamente corresponde a los apartamentos Esmeralda que son de multipropiedad , (unos 400 apartamentos), aunque me parece los administra el hotel, y luego el hotel propiamente con 212 habitaciones, cuyo origen pudiera ser el mismo, ya que todas las habitaciones tienen mini cocina, aunque está cerrada. El Hotel tiene también otra torre muy cercana con 190 apartamentos que abre en verano.
El tiempo a partir del 1 de mayo fue realmente envidiable pues parecía mas verano que primavera. El spa ni lo tocamos pues apetecía la playa de fina arena y agua como un cristal.
El agua de la piscina fresquita pero la del mar superfría comparada con la sopa caliente que tenemos en Valencia. Aquí me suelo bañar en la playa hasta la primera semana de noviembre, y me he bañado en el Cantábrico y en el Atlántico, que hay diferencia, pero esta vez era como de deshielo, será que me he hecho muy mayor.
En estos viajes los mayores les damos mucha importancia a la animación, sobre todo la nocturna, y en este hotel brillaba por su ausencia, lo poco que había corría todo a cargo de un joven, que hacía lo que podía o sabía, pero con poco éxito, prácticamente se dedicaba a poner música con su ordenador y sin demasiada variedad. Tres noches tocaba un teclado una pareja, pero mas de lo mismo. También jugamos 2 o tres veces a un bingo nocturno con unas papeletas de números minúsculos nada apropiados para gente mayor, además de contar con un salón muy mal iluminado y que se llenaba con los madrugadores del comedor que acaparaban todo el espacio. La cafetería con muy buen servicio y económica.
Una actividad bastante concurrida por señoras solas suele ser las clases de baile. En los sitios en que he estado solía coincidir sobre las 6 y las 7, y en el Esmeralda era a las 4 hora totalmente inadecuada pues acabas de comer con nuestro horario español.
La restauración impredecible alternándose días variados y de calidad con otros de escaso contenido. Los postres muy repetitivos y baja calidad. Los arroces, que no paellas, como para aborrecerlos.
La limpieza excelente por lo que a nuestra planta se refiere, y mira que “mi jefa” es muy estricta al respecto.
La atención del personal de recepción, mejorable.
(Sigo mañana)
A veces las expectativas no se cumplen pero la playa y el paisaje no defrauda. Un abrazo
ResponderEliminarEstando de vacas siempre hay cosas positivas que disfrutar
EliminarQue bien que te bañes hasta en Noviembre!! sana envidia
ResponderEliminarUn abrazo y salud para disfrutar de los viajes!!
En esas últimas semanas decir bañarse es exagerar, un escabuzon mas apropiado, es que no tolero tomar el sol sin estar mojado.
EliminarBonito viaje, haces muy bien en disfrutar t u jublaci´´on.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay que aprovechar, con el tema nietos, no podre salir hasta septiembre.
EliminarBueno, no tiene mala pinta, aunque como dices tú, todo es mejorable. Abrazos
ResponderEliminarCalidad-precio es un regalo.
EliminarMuy entretenidas e instructivos tus comentarios, aun me faltan años para mi jubilación pero de todos modos me serán muy útiles si decido viajar por esas tierras.
ResponderEliminarUn abrazo
Encantado si puedo serte útil.
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