Se llama Mikado 141F- 2295. Es una de las 242 locomotoras de vapor que la compañía ferroviaria adquirió entre 1953 y 1958, entre otros lugares, en la fábrica valenciana Material y Construcciones SA (Macosa) -antigua factoría de Construcciones Devis y actualmente Vossloh- en Albuixech. Fueron las últimas de tracción de vapor fabricadas en España. El número de serie de esta -2295- ubica el lugar de fabricación más lejos, en los talleres de Euskalduna, en Bilbao. Y su denominación americana, Mikado, recuerda que fueron encargadas en 1896 por el Gobierno japonés a la casa Baldwin -fabricante norteamericano que la diseñó- para impulsar la expansión nipona.
Tiene 53 años, pero hace un cuarto de siglo que llegó a Valencia, concretamente al campus de la Universidad Politécnica. Fue restaurada por los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, en colaboración con la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, Vossloh, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales y la propia Universidad Politécnica.
La locomotora -cuyo peso en servicio es de 105 toneladas (99 en vacío)- esta instalada en el patio interior de la Escuela de Ingenieros Industriales. En su restauración se recuperaron algunas piezas originales que le faltaban, se limpiaron conducciones oxidadas con el paso del tiempo, Y fue equipada con los faroles originales de iluminación, además de totalmente pintada.
Seguro os traerá recuerdos a los antiguos alumnos de Industriales. ( Un abrazo, Jesús Fco.)
Que bonitas fotos, me gustan las locomotoras y los trenes. Buen recuerdo para los alumnos. Un abrazo
ResponderEliminarSuelen atraer a la mayoría de la gente, no sé por que. Bss
EliminarPara los nostálgicos, es bueno recordar de tanto en tanto el chacacha del tren
ResponderEliminarSalud
Nos identifica con otra época, como ha pasado el tiempo.
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ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu blog, los trenes desde niño me han gustado, Gracias por tu visita a mi casa..
Un abrazo.
Gracias a ti, por tu comentario. Saludos
EliminarPor mucho que se modernicen los trenes, Marcos, los antiguos tenían una magia especial, inolvidable y, tal vez, insuperable.
ResponderEliminarTeniamos en Valencia una pasarela peatonal por encima de las vias de la estación, y de pequeño me encantaba que me envolviera el humo de las locomotoras al pasar.
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