El barrio de San Marcelino, en Valencia, es un barrio de la ciudad promovido en 1949 por el entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea, que fue inaugurado en 1954, para procurar vivienda a personas sin hogar.
Ni que decir tiene que, en la actualidad está integrado en el distrito de Jesús, con viviendas modernas, y la reciente construcción del teatro de la Rambleta junto al jardín del mismo nombre, declarado bien de interés cultural, contando una instalación de 10.000 m2, con el teatro, salas de ensayo para danza y una biblioteca especializada en música.
Frente a la antigua iglesia de San Marcelino está la primitiva fuentecilla con alberca que hace de rotonda frente a la misma. Cumple su cometido sin pretensión alguna con una sencillez ejemplar.
Su elemental campanario, casi colonialista, siempre vigilante, es testigo del progreso del barrio.
Hasta allí me he desplazado para ver la fuente, pero habían cortado el agua, así que me quedo con tus fotos.
ResponderEliminarEncontrar una fuente con agua es una casualidad. Menudo cachondeo se llevan.
Eliminargracias por estas fotos y por compartirlas.
ResponderEliminarsaludos
Es lo que hay, gracias por visitar mi/vuestra página. Bss
EliminarMuy bien ilustrado, bonitas fotos....gracias por la informacion...
ResponderEliminarUn abrazo
A ti por comentar.
EliminarUn entorno encantador, Marcos, para esta sencilla fuente.
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Nacido como barrio pobre, con humildad y sencillez total, pero funciona.
EliminarMe parece un campanario altísimo!
ResponderEliminarComo se suele decir está bien aprender de todo.
Gracias y un abrazo.
Con las casas bajas, aparenta mas de lo que es en realidad.
EliminarExcelente crónica sobre diversas visuales de la bella valencia.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Aquí no importa lo céntrico o importante, todo ello forma la gran Valencia.
EliminarPues creo que sólo he estado por aquel lejano barrio del centro una sola vez y no, la verdad, no me fije en la fuente, pero sí en la portada de la iglesia, que usted, que es un enamorado y muy ilustrado en las cosas de nuestra ciudad, recordará que pertenecía a la antigua iglesia de San Bartolomé, la que estaba en la calle Serranos y de la que hoy sólo queda la torre, y menos mal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues te agradezco mucho tu entrada pues cada vez que paso por la calle de Serranos me da pena ver el solitario campanario, tendré que comentarlo. Gracias.
EliminarHace tiempo que no voy por esa zona, pero ahora que lo recuerdas, voy a tener que darme una vueltecita.
ResponderEliminarSaludos Marcos.
Recuerdo que hace nada era como una isla en medio del campo, ahora son unas calles mas del extrarradio.
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