A cien metros o menos de la plaza del Ayuntamiento, se encuentra la placita dels Portxets; un cruce de tres callejuelas en cuyo centro se encuentra un cubo de granito negro y rojo, sobre el que descansa una cabeza, obra de Nassio Bayarri, homenajeando a una gloria de las letras valencianas, el escritor Vicente Blasco Ibáñez. Ni la plaza, ni la escultura, para mi muy cuestionable, están a la altura que se merece la fama internacional de este escritor valenciano. Eso ya os lo contaba el año pasado por estas fechas.
El motivo de esta entrada es mostrar mi indignación por lo presenciado en estos pasados días de fallas.
No puedo comprender como nuestro Ayuntamiento, que debiera ser el primero en respetar la dignidad de sus monumentos, pueda haber permitido el alquilar la plaza para la instalación de unos chiringuitos que han tomado la escultura como centro de cocina y basurero de sus instalaciones, cuando además se ha estado cuestionando estos días que muchos de estos chiringuitos estaban faltos de salubridad e higiene.
Vaya Concejalía de “Kultura” nos ha tocado, y eso que D.Vicente era escritor revolucionario y agitador republicano, según la WIKI.
Derechos todos, respeto ninguno !!!!!
ResponderEliminarEl respeto es fundamental, y no ha de ser por miedo, desde luego. Los maestros se quejan porque no les respetan, y la culpa es de ellos que no se han hecho respetar.
EliminarSer soez implica incultura verdadera y no tiene que ver con inclinaciones políticas, si bien se ha comprobado a lo largo del tiempo como cierta miseria mental y emocional se agrupa en torno a determinado polo, lo cual no le hace favor alguno.
ResponderEliminarLamentablemente es así como cuentas.
EliminarQue te puedo decir, eso ya se sabe, se trata de ganar dinero, y la kultura, ya saben lo que hacen con ella los que nos mandan. Un cordial saludo
ResponderEliminarPero todo no es dinero verdad.
EliminarEs un placer poder leer lo que escribes. Feliz semana.
ResponderEliminarPara mi el que me visites y opines, Maruja.
EliminarLa verdad es que impresiona negativamente ver el monumento de esa forma, Marcos...
ResponderEliminarBesos mil de las dos y feliz Semana Santa.
J&Y
Es que no corresponde, fuera cual fuera el motivo del monumentos. Los ponen para homenajear y para embellecer la ciudad.
EliminarEspantoso, Marcos. Pero si no recuerdo mal , en esa plaza y la calle que sube , ya pusieron en otras ocasiones chiringuitos, lo que no sé si era por Fallas.
ResponderEliminarBesos
Siendo honesto ni siquiera sé si el año pasado ocurrió igual, y no pasé por el sitio, porque me habría llamado la atención. Pero si puedo recordar hace dos años o tres que colocaron un puesto de churros y buñuelos justo a ras del bordillo dec la calle, (Mª Cristina), y el monumento convivia con mesitas por toda la plaza, guardando la distancia al cubo de granito.
EliminarEs una pena que a Vicente Blasco Ibáñez le hayan hecho oler todas las fritangas de un chiringuito y para colmo le hayan hecho custodiar las botellas de butano que ni siquiera sabría como tratarlas.
ResponderEliminarUn suspenso elevado al cuadrado para la concejala de cultura Sra. Glòria Tello.
Se podría decir que unas botellas de butano junto a un monumento es un atentado en potencia.
EliminarLo que hay que ver y soportar...
ResponderEliminarUn beso, Marcos
Chelo es la realidad del principio de Peter, Cada cual asciende hasta que llega a su nivel de incompetencia, y al final todos gobernados por inútiles.
EliminarSi don Vicente levantara la cabeza los retaría a duelo. Participó en más de uno.
ResponderEliminarUn saludo.
Sin duda.
EliminarSi don Vicente levantara la cabeza... Efectivamente, un escritor tan bueno como él no se merece este trato. Suerte tuvo de vivir en una época en el que la verdadera cultura, (no la que nos quieren colocar ahora) era respetada porque la gente tenía un mínimo de educación. ¡Qué tristeza me dan estas cosas!
ResponderEliminarEn absoluto creo en mala intención, pero es un claro ejemplo de lo que nos está sucediendo con gente no preparada para ocupar puestos de responsabilidad, sin tener siquiera un poco de sensibilidad y sentido común.
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