Los años 50 del siglo pasado trajeron los cinco años más prósperos de la economía familiar de mis padres; enseguida llegaron las vacas flacas, pero en aquel 1950, cuando yo tenía seis años, mi padre me sorprendió con los dos regalos que seguramente fueran su deseos de juventud que no pudo tener, la bicicleta de dos ruedas y el tren eléctrico. Todo un clásico de comportamiento.
Decir mi tren era muy optimista, pues mas bien solo él le daba vueltas y yo estuve autorizado a colocar el vagón sobre las vías, en el caso de que descarrilase. Vamos lo que en estos tiempos recientes hacíamos con nuestros hijos en el escalextric.
Bueno pues he vendido mi tren Paya. Estoy eliminando mucho trasto ante un posible cambio de domicilio. El tren lo tenía envuelto en un periódico de 1957, y lo he vendido por lo primero que me han ofertado, yo no sé regatear.
Qué duda cabe que representaba íntimos recuerdos, pero me ha supuesto un triunfo personal el superar su venta, pues hemos de darnos cuenta que no hay que tener excesivo apego a nada temporal, pues todo lo dejamos aquí.
Mi auténtico deseo y frustración con los Reyes Magos en aquellos años, fue un coche de bomberos a pedales, que durante tres meses añoré en los escaparates de Altarriba, de la calle de la Paz. Todas las veces hacía patente mi deseo, y supongo no lo tuve, nó porque no fuera bueno, sino porque los Reyes debieron pensar que no cabía en el piso.
Que romántico, el recuerdo y el sentimiento posterior a la venta con lo que representa. Supongo que el fruto de la venta lo habrás utilizado para algo bonito. un abrazo
ResponderEliminarEl importe ha sido lo de menos, y cualquier cosa que hubiese comprado me habria significado demasiado crematistico.asi lo ingresé en la cartilla tan pronto lo cobré, y no le he dado un fin especifico; puedo pensar que aun está intacto, o que ha ayudado a pagar el IBI.
EliminarQue momento de rememorar me has hecho pasar
ResponderEliminarEs cierto Marcos nos vamos desprendiendo de cosas que ya se nos va haciendo un poquito cuesta arriba ir guardando
Yo empece hace unos años, con la vajilla, cristaleria etc con mis nueras
Y con muchas cosillas con mis nietas
Dia a dia van hacia ellos parte de mi vida y me siento refeliz, porque las utilizan y se que estan en buenas manos
Me cuesta muchos los libros pero tambien empece con ellos
Me siento reliviana y la aspiradora tambien je je
Cariños
Me he hecho una selección de mis libros preferidos, y no se que hacer con el resto.
EliminarMagicos juguetes, tiempos en los que se crecia diferente pero para mi mejor, todo se valoraba tanto y se anhelaba más. Todo se tenia más ilusión.
ResponderEliminarBesitos
Con lo que mas jugue de pequeño fue con cajas de carton y mi propio ingenio. Aun m,e queda no opbstante el fuerte de los indios, (apolillado), y un teatro con gran cantidad de obras. No se como se vende eso.
EliminarEn la actualidad estoy regalando bastantes cosas que ya no voy a utilizar y uno de mis hijos está tratando de vender colecciones completas de cómic, que siguen estando en mi casa, ya que en la de el no caben.
ResponderEliminarHe rotulado una gran caja de cartón a cada hijo, y voy metiendo desde cuadernos ecritos en el parvulario hasta cuadernos de notas, albumes de cromos, etc.; se las voy a entregar y que las tiren ellos
EliminarEse es el problema que me preocupa, donde meterán lo que yo guardo!? Estoy pensando a bajar cada día algo a la basura para que no tengan trabajo cuando yo no esté !! Pero ... quiero preguntarles primero y así se pasan los días !!!
ResponderEliminarHe visto varias veces que han vaciado pisos en mi barrio, seguramente por fallecimiento delos mayores, y han bajado a la basura cajones de armarios con todas las cosas en su interior muy arregladitas, sin tocar. Es deprimente.
EliminarQué valiente al enfrentarte a tus sentimientos y salir victorioso, MarcoS... Los recuerdos y las sensaciones que te provocó ese tren no los perderás nunca.
ResponderEliminarMuchos besos de las dos
J&Y
Eso es lo importante, el recuerdo de jugar con mi padre quedará por siempre. Copmo los otros recuerdos que tendrán mis hijos.
EliminarQué importante es saber desprenderse de apegos, Marcos.
ResponderEliminarAbrazos
Aunque sin duida es costoso, ya sabeis que soy bastante sentimental.
EliminarEra precioso. Ay, me duele que lo hayas vendido, no sé si hubiera podido. Yo soy mucho de guardar recuerdos de la niñez. Pero si te has sentido bien es lo que importa, aunque debe haberte dolido.
ResponderEliminarBesos
Cuando veo esas desgracias de incendios o terremotos que lo pierden todo, absolutamente todo. Te das cuenta que lo unico importante son los seres queridos.
EliminarQué emotivo post, Marcos.
ResponderEliminarMe he emocionado. Cuántos recuerdos alrededor de un momento adornado por una fecha señalada, un regalo hecho con el alma y satisfacción de darle a un hijo lo que el padre en su niñez no pudo tener.
Lo has tenido que vender y sobra cualquier explicación. Pero algo así no tiene precio. Sólo deseo que quien lo comprase valore el tesoro que se lleva.
Un abrazo apretado, amigo.
Gracias por compartirnos esto.
Un beso.
En absoluto ha sido por necesidad afortunadamente, y tampoco me han pagado tanto. En verdad me he querido dar una lección a mi mismo. Habr´çia sido imposible si mis padres viviesen.
EliminarToda una lección de desprendimiento y de buenos sentimientos al recordar con cariño aquellos tiempos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Y aun tengo tantas cosas de que desprenderme...
EliminarMe ha emocionado leer este emotivo post. Hace tiempo que yo, tambien he ido dando a mi nuera cosas que me gustaba que las utilizaran en su casa. Siempre son recuerdos entrañables que gusta transmitir a la familia.
ResponderEliminarMarcos que tren más bonito y que recuerdo mas entrañable has compartido.Gracias Amigo.
Un beso.
Les he dicho a mis hijos que se lleven lo que quieran, y una hija me ha pedido un elefante de hojalata que compré hace unos años por 20 €.
EliminarY se fue el tren, a su próxima estación. Fuiste fuerte Marcos, al desechar lágrimas y añoranzas.
ResponderEliminarTampoco es tan duro Esteban, las realidades hay que afrontarlas, y ni mis hijos, ni nietos habian demostrado ningun interés. Desde 1957 no habia funcionado.
ResponderEliminarA mí me cuesta mucho desprenderme de las cosas que han formado parte de mi vida. Pero reconozco que a veces es necesario. Es emocionante tu escrito.
ResponderEliminarUn abrazo
A todos, yo confieso que he sido muy trastero, por eso me interesa superarlo.
EliminarNo sale mi perfil. No sé qué sucede que a veces falla.
ResponderEliminarPerdona.
Los misterios de las redes.
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