La vejez no es lo que era. Vivimos más y el envejecimiento se retrasa. O dicho de otra forma, llegamos en mejores condiciones a edades más avanzadas. Esta buena noticia trae consigo la necesidad de prepararnos para ‘envejecer con éxito’, es decir, llegar en las mejores condiciones -físicas, mentales, sociales y económicas- posibles para disfrutar de esta prolongación.
Para empezar, el concepto de vejez está cambiando. Los geriatras no consideran vieja a una persona de 70 años y según un estudio publicado por Sergei Scherbov y Warren Sanderson, el incremento de la esperanza de vida refleja un proceso de mejora de la salud de las personas. Los investigadores, sitúan la línea roja de la vejez cuando nos quedan 15 años de esperanza de vida y hablan de dos medidas de edad -real o años vividos ya y prospectiva o años que nos quedan por vivir-.
España, según los datos de la OCDE de 2015, es el segundo país más longevo de los que forman parte de esta organización. De hecho, en su informe Health at a glance, señala que “la esperanza de vida en España ha aumentado más rápido que en muchos otros países” de la organización y es ahora la segunda más alta, casi igual a la de Japón.
Todos tenemos deseos sobre qué haremos cuando seamos mayores y estemos jubilados, pero, más allá de los sueños, conseguirlo depende de que lo planifiquemos. Y para llegar a la vejez en las mejores condiciones y poder disfrutarla, cuanto antes empecemos a prepararnos, mejor.
Para evitar la fragilidad, que es la antesala de la incapacidad, se recomienda ejercicio (y, dentro de este, hay que trabajar la resistencia, la potencia, el equilibrio y la flexibilidad articular), actividad mental, cuidar la nutrición y llevar una vida social plena.
Nuestra dieta y la actividad física determinan en un 75% la forma en la que nos hacemos mayores. Así, cuando una persona pregunta: ¿merece la pena dejar de fumar a los 75 años? ¿Merece la pena empezar a hacer ejercicio con 82? La respuesta es: “¡Claro que merece la pena!”.
Llegamos a la jubilación con muchas aspiraciones, pero en muchos casos infravaloramos lo que nuestro estilo de vida costará. Si queremos viajar más, estudiar algo, colaborar con alguna organización, etc. probablemente gastemos más que cuando trabajábamos. ¿Cuánto vamos a necesitar? Es la pregunta del millón.
En cualquier caso, conviene que nos planteemos si las previsiones que estamos haciendo para nuestra jubilación son acertadas y si estamos haciendo una correcta planificación. Debemos analizar nuestros gastos, conocer el valor aproximado de nuestros objetivos y tener una idea clara de la situación de partida para diseñar ña hoja de ruta hacia nuestra independencia económica.
De un artículo de Paula Satrustegui, en Abante-Asesores
Estupendo post. Para tener en cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz domingo
La evolución de nuestro estado fisico, y por tanto la movilidad, deppende mucho mas de nosostros mismos de lo que creemos, aunque solemos optar por la comodidad.
EliminarEstupendo post. Para tener en cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz domingo
En ese dilema nos encontramos muchos.
ResponderEliminarLa mayoría sin duda.
EliminarBuenisimo el articulo
ResponderEliminarPero no vea a los jovenes de hoy preocupandose por ello, lastima
Cariños y buen domingo
Por aca tambien veo a la juventud solo preocupada por el dia al dia. Quizá parte de la culpa sea nuestra por solucionarles los problemas
EliminarSin duda Marco que el concepto de vejez ha variado. Antes podías leer en los diarios alguna noticia en referencia a "un anciano de 55 años"¡¡¡!!!.
ResponderEliminarTotalmente cierto. A ver si aun vemos alguna noticia dentro de unos años: Un joven de 60 años...
EliminarClaro, ha dado usted en el clavo. Es muy posible que un jubilado en un estado físico aceptable, con unas restas inferiores a las que tenía cuando trabajaba, tenga, o mejor dicho pretenda un nivel de gasta igual al que tenía antes. El gasto sanitario aumenta, pero es que si el estado físico lo permite, el ocio, el abundante tiempo de ocio, es caro de mantener. No es un asunto fácil. Y no es la resignación una solución.
ResponderEliminarUn saludo.
A veces nos creamos necesidades que no son tales..
ResponderEliminarEfectivamente Marcos, tenemos que movernos a mi me encanta bailar.
ResponderEliminarNo se si serías tu, el sábado cuando salía de comprar en Marcadona, el que está en frente de Alqueria Nova, me pareció verte, pero no quise decir nada por no meter la pata.Por si acaso te saludo ahora.
Montserrat