ORGANIZA EL FRIGORIFICO

Después de las vacaciones viene la vuelta a casa, y lo primero y más importante, llenar la vacía nevera.

Pues aprovecha, es el mejor momento para que lo hagas correctamente de una vez por todas.

En la mayoría de los hogares, sobre todo en aquellos en los que conviven más de tres personas, la organización del frigorífico suele responder simplemente a la comodidad y el aprovechamiento del espacio. Como resultado, se tiende a pasar por alto algunos aspectos básicos del almacenamiento de los alimentos, poniendo en riesgo su conservación.

Si se presta un poco de atención al lugar que ocupan los alimentos en la nevera puede conseguirse la mejora de la higiene del aparato, alargando su vida útil y evitando las posibles contaminaciones que pueden producirse entre los alimentos.

Uno de los consejos más manidos pasa por mantener el orden según la fecha de caducidad del producto, es decir, colocando en la parte posterior lo que se haya adquirido más recientemente e ir dejando delante lo más antiguo. Con esta norma en mente, toca redistribuir los alimentos según su tipología.

Los envasados, que no necesitan de temperaturas demasiado bajas, pueden colocarse en los estantes de la puerta del frigorífico, la zona menos fría del aparato. De la misma forma, la parte más alta de la nevera es también de las menos frías, siendo apropiada para bebidas, huevos u otros envases.

Los productos con altas necesidades de frío como carnes y pescados deben colocarse en la zona baja del frigorífico, la de menor temperatura. Son indispensables los envases o envoltorios para mantenerlos seguros y evitar contaminaciones.

En la zona media del electrodoméstico pueden colocarse los lácteos, embutidos o los envases abiertos que requieren de frío para su conservación. Por su parte, los cajones de la parte inferior son ideales para conservar frutas y verduras, que deben depositarse fuera de las bolsas de plástico para evitar que se acumule humedad y se deterioren con mayor rapidez.

Cuesta bien poco…