Cuando la criada llevó el desayuno al banquero, lo encontró muerto en el suelo.
La policía acudió inmediatamente e interrogó a toda la servidumbre. El inspector resumió su opinión sobre el asunto, diciendo que las sospechas solo podían abarcar a tres personas:
“El hombre cuya esposa fue seducida por el banquero.
La exsecretaria que había sido su amante.
O el hombre que había perdido su fortuna por culpa de las “preferentes”.
Afortunadamente estaba equivocado.
Viéndose el banquero encañonado por mi arma, apeló a mi lealtad, proponiendo jugáramos a la ruleta rusa con una sola bala.
Siempre se me han dado bien las armas de fuego. Fue sencillo cargar los seis cartuchos.
Pura emoción.Abrazos con cariño.
ResponderEliminarTragicomedia.
EliminarY por qué "afortunadamente"? Un microrelato interesante. Abrazos
ResponderEliminarAfortunadamente para mi al excluirme de la sospecha.
EliminarIntentando hacer cabalas y tu nos ofreces un final sorprendente, es una genialidad la ultima frase. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, salió así simplemente.
EliminarEl asesino fue el mayordomo, como suele ocurrir en estos casos.
ResponderEliminarLo que no dices al final es que los seis cartuchos eran de una impresora de chorro de tinta...
-Jubi, que no caben en los agujeros.
Es verdad perdona es que estaba cambiando los cartuchos a la mía... quería decir que los seis cartuchos estaban con la pólvora mojada.
Lo que no aclaro es que yo era el mayordomo.
EliminarJajaja muy bueno, el final no te lo esperas, ya que las hipótesis que se barajaban eran varias.
ResponderEliminarAbrazo Marcos.
Me alegra no lo esperaras
EliminarWow! Interesante, pero un poco espeluznante también. "Yo tengo un gran respeto por las armas"
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y feliz fin de semana
Es un micro relato de ficción.
EliminarInteresante e inesperado final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como en el oeste
EliminarPobre banquero, ¿ Que te hizo el hombre? quizás no fue uno si no tres los motivos
ResponderEliminarSalud sin balazos
Si yo te contara... los banqueros
EliminarEse afortunadamente excluye a quien lo hizo...
ResponderEliminarSaludos
Queda el misterio de las razones
Eliminar¿Se habrá percatado de todo esto en el último segundo de consciencia el banquero?
ResponderEliminarMuy bueno!
No pensaría tener tan mala suerte.
Eliminar¡Jajaja, muy bueno! Y genial, siendo tan breve.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es de esas tonterías que cuando empiezas ignoras como acabarlo.
EliminarCurioso y estupendo final, Marcos.
ResponderEliminarCariñosos saludos, gracias por pasar.
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