En términos náuticos se denomina singladura al camino o distancia recorrida por una embarcación durante la navegación. Se mide desde el medio día de una jornada hasta el medio día siguiente.
Según mis notas, el viento había soplado con violencia toda la noche, y al amanecer marcábamos proa a la entrada del Adriático, es decir, entre el cabo de Otranto en Italia, y el de la Linguetta en Albania.
Hallabame por fin allí en las fronteras de la antigüedad griega, y en los confines de la antigüedad latina. Pitágoras, Alcibíades, Escipión , Cesar, Pompeyo, Cicerón, Augusto, Horacio y Virgilio, atravesaron aquel mar. ¡Que fortunas tan diferentes entregaron estos celebres personajes a la inconstancias de aquellas mismas olas!.
Y yo, oscuro viajero, pasando sobre la ya borrada huella de las naves que llevaron a los grandes hombres de la Grecia y la Italia, iba a buscar las Musas en su patria; pero yo no soy Virgilio, y las Musas no habitan ya el Olimpo
La mar, siempre unida a la Historia...
ResponderEliminarMe encanta esta entrada.
Gracias, Marcos.
El mar lo tiene todo.
EliminarInterpreto que la singladura es un periodo de 24 horas, pero si viajas hacia el Este, y cambias de huso horario, las 24 horas en realidad se habrán transformado en 23 por el cambio horario. Además creo poder asegurarte que no te pudiste encontrar con ninguno de esos personajes que mencionas.
ResponderEliminarEllos, seguro que se encuentran cabalgando en las blancas montañas de nubes
surcando el amplio azul del Mediterráneo.
Que poético te encuentro hoy.
EliminarA las Musas es difícil encontrarlas... son muy huidizas... Abrazos
ResponderEliminarLa única que puedes encontrar en los supermercados es la "Mayonesa Musa".
EliminarBuen viaje, pero yo también creo que eso de las musas cada vez son más difíciles de encontrar.
ResponderEliminarAbrazo Marcos.
Es mas fácil encontrar musarañas, no crees.
EliminarBonita entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Marinera, como ha mejorado el tiempo, pues a la mar.
ResponderEliminarSupongo que tu relato está fundamentado en los recuerdos de un bello sueño
ResponderEliminarLo has clavado, el mar para mi es como para ti la montaña.Frecuentemente mezclo la realidad con fantasías. cada locuelo...
EliminarPero si fue un viaje real, Marcos, aun sin musas a la vista, debe haber sido inolvidable.
ResponderEliminarHe navegado en ese enclave que cito, y el color esmeralda de las aguas es increíble.
EliminarTu Marcos en ese viaje imaginario tambien dejaste detrás tuya la estela del barco que a su vez representa parte de tu vida recorrida. Un abrazo
ResponderEliminarSin duda, Aunque esta vez fue real, subí el Adriático hasta Rimini.
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