(Hoy me sentí un poco mas niño)
Una tarde de verano
una mosca revoltosa,
alrededor de una vaca
revolotea nerviosa.
La vaca alegre en el prado,
comiendo hierba es feliz,
se abanica con el rabo,
no ve a la mosca venir.
Cuando más tranquila estaba,
disponiéndose a dormir,
volando viene la mosca
y se posa en su nariz.
La vaca mueve el hocico
a punto de estornudar,
la mosca se aleja aprisa
pero se vuelve a posar.
A la oreja de la vaca
esta vez la mosca ha ido,
la está poniendo nerviosa,
se la mete en un oído.
Sube y baja la cabeza,
la baja y la vuelve a subir,
esta mosca pegajosa
mucho la hace sufrir.
Por el rabillo del ojo,
esta vez sin espantarla,
sigue el vuelo de la mosca
pensando en cómo cazarla.
Al hocico de la vaca
esta vez volando ha ido,
la vaca saca su lengua
y a la mosca se ha comido.
La vaca alegre en el prado,
comiendo hierba es feliz,
volando llega otra mosca
esta vez la ve venir.
Marisa Alonso
Santamaría
Poetisa
Hoy dirían, Marcos, que la vaca hizo uso indebido de su fortaleza para actuar contra una indefensa mosca. ¿Marisa deja un segundo capítulo?
ResponderEliminarComo dice en su página: Marisa Alonso Santamaría es poetisa y escritora infantil. Sus poemas, divertidos y didácticos, ayudan a los niños a aprender de manera amena sobre el mundo que les rodea.
EliminarSon un excelente vehículo de aprendizaje para que adquieran conocimientos mientras juegan. Sus poemas cortos son ideales para adentrar a los niños en el maravilloso mundo de la poesía.
Muy divertido!!.
ResponderEliminarFeliz quedó la vaquita!!
Un abrazo
Me suena que había visto un fresco en tu blog, pero habrán sido suposiciones mías.
ResponderEliminarMe ha gustado la poesía y bien merecido se lo tenía la mosca... Te cuento, yo no he convivido con vacas, pero si con caballerías y en cierta ocasión llevando estiércol al campo en este tipo de cestas (nunca había encontrado esta imagen, se conoce que me voy superando), a la vuelta y con la cesta estercolera vacía yo me subía encima de ella habiendo previamente puesto una manta.
Pues bien iba con dos mulas y a una de ellas le picó una mosca y se echó a correr despavorida, yo que iba encima de la cesta, me agarraba a ella como podía, pero la cesta no estaba sujeta al animal así que la susodicha y yo terminamos rozando una pared de piedra y allí me quedé, si no hubiera ido protegido dentro de uno de los laterales ya que caí dentro, seguro que me hubiera dejado la crisma entre las piedras.
Así que la mosca bien merecido se lo tenía.
Tu te has sentido mas niño y todos nosotros tambien, alegre poesia y muy divertida. Un abrazo
ResponderEliminarNunca dejaremos de ser algo niñ@s, afortunadamente.
EliminarCuriosa poesía, las moscas son una lata, los animales lo saben bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mi ma dá pena verlos con las moscas por todas partes, hasta los leones.
EliminarMoscas y vacas, una buena combinación... Bonito poema infantil. Abrazos
ResponderEliminarMuy gracioso el verso, nos hace falta sonreír mas amigo
ResponderEliminarSalud con sonrisas
Lo he visto ahora.
ResponderEliminarMuchas gracias por elegir mi poema.
Si os gustan, tengo muchos más en mi blog de poesía infantil:
https://cuentosentretenidos-marissa.blogspot.com/
Un saludo