jueves, 21 de marzo de 2013

LA CARROZA DE LAS NINFAS





La carroza es un carruaje de forma similar a la berlina pero con gran riqueza en su exhibición de guarniciones y adornos.



La lanza es una pieza larga movible de fresno u olmo interpuesta entre los caballos. Sirve para gobernar el carruaje y su punta está reforzada con una pieza metálica terminada en gancho llamado casquillo.


Lo más importante de un carruaje es la construcción de las ruedas. Constan de una pieza central llamada cubo de donde arrancan unas piezas llamadas rayos que se ensamblan en una circunferencia compuesta de piezas curvas denominadas pinas. La circunferencia exterior de las pinas se refuerza con un aro de hierro o llanta, que se aplica en caliente para que cuando se enfríe y contraiga apriete y dé soporte a las pinas. La barriga es la parte más gruesa del cubo y, para impedir que este se raje, se afirma con aros o cellos. La ruedecilla que se pone entre la rueda y el cabo del pezón del eje es la bilorta o estornija y los cercos que se encajan en la extremidad del cubo por adentro y son los que luden con el eje se distinguen con el nombre de bujes. La punta exterior del cubo es la boquilla y la interior el nalguil y los clavos con que se aseguran las abrazaderas se llaman gitas.


En nuestro museo nacional de Cerámica y de las Arttes Suntuarias, en Valencia, podemos admirar la Carroza de las Ninfas, o del Marqués de Dos Aguas. Es una berlina del siglo XVIII de suspensión por correas, ricamente decorada a base de tallas doradas y pinturas al óleo con temas mitológicos en los paneles, tapizada en su interior con terciopelo rojo y bordados en plata. Fue diseñada por Hipólito Rovira y tallada por Ignacio Vergara con los que colaboró Luis Domingo para el Marqués de Dos Aguas. El diseño de Ignacio Vergara se basa en una decoración rococó muy del gusto de la época: rocalla, hojarasca, flores, frutos, amorcillos, putti, etc. En la parte inferior de la caja, hay talladas las cuatro ninfas que han dado el nombre popular a la carroza.







FTE. Museo Nacional de Cerámica Gonzalez Martí.


Es semejante en su traza a la Carroza de Oro del príncipe de Liechtenstein.




6 comentarios:

  1. Preciosa carroza, lo que son las cosas, no me imaginaba yo que de una calabaza que llevó Cenicienta a su hada madrina, pudiera salir semejante belleza.

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    1. Sería fascinante que una mañana los vigilantes del museo encontraran la calabaza en su lugar.

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  2. Osea, que mientras mas carrozas somos, mas nos hemos de adornar; ya dicen que a mayor edad nos volvemos mas valiosos..más oro en la boca, mas plomo en los pies, mas piedras en la vesícula, mas plata en los cabellos etc. pero todo esto no nos da más valor, así como las carrozas que nos presentas son muy valiosas, mientras más viejas, nosotros es al revés, cagoen..
    Saludos a la peña

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    1. Preferiría ser menos valioso, porque cada año mi seguro médico y el de entierro me lo suben automáticamente, ¿porque será?.

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  3. He tenido oportunidad de visitar museo y, por supuesto, estas fastuosas carrozas que, sigo creyendo que serían incomodísimas. Las ballestas de amortiguación, en algún caso, son tan suaves que los viajeros terminarían mareados. En cualquier caso, son impresionantes.

    Un abrazo, Marcos.

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