Soy el segundo de tres hermanos, por lo que el primogénito se llevó el nombre guapo de mi abuelo paterno: José.
Os cuento una intimidad. Nací en la cama de mis padres, asistiendo a mi madre una mala partera que durante tres días la tuvo pariendo agarrada a los barrotes de la cabecera y alimentándola con tazas de chocolate caliente. Al tercer día estaba totalmente agotada y presentían que nos perdían a los dos. Fue entonces cuando acudieron a un primo de mi padre ginecólogo de profesión, D. Jesús Oliver, quien enderezo el entuerto, poniéndome su nombre en agradecimiento familiar.
En aquellos tiempos se bautizaba en pocos días, y mi madre no asistió al mismo, lo que aprovechó mi padre para en registro y bautizo ponerme un nombre compuesto, añadiendo como segundo el de Lorenzo.
Lorenzo era el nombre del padre de mi abuela paterna; solicitud que atendió mi padre con el desconocimiento de mi madre. El resultado fue que mi madre nunca me nombró por Lorenzo, y quedó solo en el registro.
De todas formas, en colegio, amigos, y profesionalmente, siempre me han llamado “Marcos”, mi primer apellido, que por terminar en “s”, como el evangelista, tomaban todos por nombre.
A mi padre le llamaban Cecilio Marcos.
Cecilio porque era el primer varón y por tanto debía llevar el nombre del abuelo paterno.
A él nunca le gustó, y aprovechando el apellido, decía a todos que su nombre era Marcos.
Es anécdota que mi madre se enteró del “Cecilio” al tercer año de noviazgo, por las razones expuestas.
Eso de bautizar al primer varón de la familia con el nombre del abuelo paterno, parece ser una regla, no escrita, casi de obligado cumplimiento en aquellos tiempos. Conozco el caso de un amigo que puso a si hijo José Vicente, en contra de la familia, porque se negó bautizar a su hijo como “Zenon”, que se llamaba el abuelo, costándole un gran disgusto familiar.
Curiosidades de la vida..
Jesús Lorenzo Marcos Fonfría
Curioso, por acá es también regla no escrita poner al primogénito el nombre del padre y a la menor de las hijas el de la madre.
ResponderEliminarCuando nací, mi madre no estaba del todo bien y mi padre fue a registrarme, en el camino se olvidó del nombre (y era el de mi madre), al llegar al registro, le gustó la chica que atendía y me puso su nombre ... la de historias que vienen detrás de una tradición.
Un abrazo
Ja, ja. Imagino la cara de tu madre cuando regresó del registro. Tu padre no cenó esa noche.
EliminarTambién existía la costumbre de poner el nombre del día del nacimiento, sobre nombres podríamos escribir bastante, no se si tan curioso como tu historia. Siempre he creído que elegir el nombre es una tarea en la que hay que poner cuidado. Un abrazote
ResponderEliminarSí, también era muy común. O el patrón del pueblo. En Picassent muchos Cristobal, y en Quart de Poblet cantidad de Onofres.
Eliminar... me gusta tu nombre. También pensaba que Marcos sería tu nombre : )
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús.
A mi también. En Irlanda dicen que no se puede poner Jesús como nombre.
EliminarA mi tambien. En Irlanda se extrañan que se pueda poner Jesús a una persona.
EliminarCuriosa anecdota la que nos traes hoy. Te seguiré llamando Marcos, tal como te conocí, además es un nombre precioso. Tengo un nieto llamado Marco, sin s.
ResponderEliminarPues mi nombre, por la vinculación de mi familia con Cádiz, tenían dos nombres:
* Rosario, por ser la Patrona de la ciudad
* Carmen, por la vinculación de esta Virgen con Cádiz. Salió Carmen y mi madre añadió su nombre, María.
Por cierto el nombre de Carmen significa: poesía, jeeeeee...
Ea, yo también os he aportado lo mío
Me encata el intercambio entre blogs amigos.
Pues mi nacimiento fue el 16 de julio, y podían haberme puesto Carmelo, de haber sido un parto normal.
EliminarCurioso.
ResponderEliminarYo también tengo dos nombres, el primero Emilio por un hermano de mi padre y el segundo, que no lo sabe casi nadie y no lo voy a decir aquí, por un hermano de mi madre.
No te escondas, pillin. A ver si lo adivino. ¿Anacleto?-
EliminarNo, no, no... eso, no, no, no... eso no, no, no... no es así.
EliminarHola mmmm ¿Marcos? (Ya no sé?
ResponderEliminarTodo bien, amigo. Mientras no te hayan puesto Japiberdeytuyú como a un indefenso bebé en la República Dominicana...todo bien.
Como tu quieras, Marcos para los amigos.
EliminarCuriosa tu anécdota, Marcos, seguiré llamándote así. Por aquí también era costumbre poner el nombre del padre o la madre a los primogénitos, pero fíjate que en mi caso no fue así porque yo soy la tercera y me pusieron como primer nombre el de mi madre (Carmen), en contra de su opinión todo sea dicho. Por eso siempre me llamó por el segundo nombre, Ligia... Abrazos
ResponderEliminarComo tu quieras Ligia. Ahora está de moda nombres raros, en otra idioma, o fantasías de historietas, todo vale. Cuando fui a bautizar a mi primera hija nos dijo el cura que Eva era madre de los mortales, pero no virgen o santa. Cuando le explique que queríamos nombre compuesto: Eva Maria, exclamo entonces no hay problema, con el María, como si le quieren poner Maria "teléfono".
EliminarPosteriormente fui al Arzobispado que existían dos santas Eva, un fue religiosa.
Antiguamente era costumbre poner el nombre de familiares y antepasados aunque sonaran horrorosamente mal. también era costumbre poner el del santo del día.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un amigo me dijo que a su hija le pusieron "Altea" porque en dicha población la concibieron. Menos mal que no fue en el lavabo de un vuelo a Londres, o se llamaría IB.248-
EliminarMuy buena anécdota.
ResponderEliminarA mí me pusieron Amalia por mi bisabuela.
Un abrazo