viernes, 31 de enero de 2014

EL LADRLLO DE ANDRES VILLAMARIN




Ver a un jubilado mirando una obra es un clásico, que manera de perder el tiempo. Pues mira nunca se sabe, porque lo importante es ser positivo, y con la debida actitud todo es para bien.

En la cochera de su casa de Aranjuez guarda, cuan lingotes de oro, cuatro ladrillos y el molde de madera del que han salido. Sólo en el tamaño se parecen a los rojizos de toda la vida. Los de Andrés son ladrillos grises como el color del cemento y de la arena de que están hechos; los enseña apilados para demostrar la consistencia de su invento. No hay manera de que se derrumbe la pequeña e improvisada pared. Los ladrillos encajan unos sobre otros mediante seis varillas metálicas de acero que salen de cada pieza. Y sin cemento. «Hasta un robot podría colocarlos, y las paredes se quedarían rectas, a plomo». Su inventor, Andrés Villamarín Mora, dice más: «Ni un terremoto se llevaría por delante una casa hecha con estos ladrillos. Son antisísmicos».

En la España del ladrillazo, el ladrillo de Andrés, 72 años cumplidos, dos hijos y tres nietos, parece augurar una revolución en la manera de construir. Ya le han llegado ofertas de Colombia, Japón o India. Y en España le han propuesto construir el futuro centro tecnológico logístico de Paracuellos del Jarama, próximo a Madrid.

La bombilla se le encendió una mañana de 2007, apoyado, como un jubilado más, en la barandilla de una obra próxima a su casa de Aranjuez. «Vi que los albañiles tardaban demasiado en colocar los ladrillos, y las paredes al final no quedaban bien alineadas. Y me puse a pensar cómo podía hacerse más sencillo y más rápido». Al llegar a casa, lo primero que hizo Andrés fue armarse de papel y lápiz. Nada sabía él de paredes ni ladrillos, pero sí como ensamblar piezas de motores de coches, su medio de vida hasta que le llegó la jubilación a los 65 años.

Y tras dibujarlo mil veces, hizo un molde de madera, con el que dio forma a sus primeras joyas. «Me di cuenta de que tenía en mis manos un ladrillo fantástico», dice el inventor madrileño. Y no sólo porque es capaz de soportar 10.000 kilos de peso frente a los 500 kilos aguanta uno normal. «Apenas tardaba seis segundos en poner un ladrillo sobre otro, perfectamente alineado, mientras que con uno normal se tarda 30».

Salvo su hija Elena, doctora en Bellas Artes, quien más le ayudó en el diseño, nadie más supo lo que Andrés estaba tramando durante el año que duró el parto de su ladrillo. «Cuando me lo contó aluciné», dice Elena. «Es un ladrillo que supera al actual por mucho. Se puede fabricar con productos reciclados, conecta muy bien dentro de la tendencia de la ecoconstrucción y además su colocación se podría robotizar porque se encajan solos».

Un ladrillo normal sale por 0,60 euros, mientras el de Andrés, por 0,70. «Podría competir perfectamente porque las varillas que lleva son baratísimas y no crean gastos adicionales», añade el inventor, seguro de que su ladrillo «cambiaría la construcción por completo, ahorrando sobre todo tiempo, pues apenas se tardan seis segundos en colocarlo».

Y mientras espera más llamadas que puedan recompensar su esfuerzo, el jubilado Andrés sigue paseando por Aranjuez entre los bloques de viviendas que alumbraron su idea y pone la oreja a la escucha de propuestas.

Adjunto enlace a vídeo:  Entrevista al jubilado








17 comentarios:

  1. Supe de el por televisión, entonces dijo que había una empresa interesada,y la empresa en cuestión dijo que pensaban estudiar la viabilidad de fabricación y exportación. Parece que no quedaron convencidos o no llegaron a un acuerdo. Algunos inventos no prosperan nunca, otros tardan años ¿conoces la historia de Hedy Lamarr?
    Abrazos

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    1. Algo, la artísta de cine creadora del sistema de comunicaciones "secreto". Parece ser que el Día del inventor. 9 de noviembre, fue acordado en su honor por ser su cumpleaños.

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    2. Ella regaló la patente al ejercito de los Estados Unidos en los años ´40 y nadie hizo caso hasta 20 años después. La pregunta era hacer notar que no todos los inventos tienen aceptación de inmediato. Un abrazo

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  2. Interesante el ladrillo que ha patentado, ojala la gente lo apoye.

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    1. Creo debería ensayarse en zonas sísmicas, y debería tener apoyo estatal.

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  3. El arquitecto valenciano Santiago Calatrava, debía de aprender de este jubilado para que no se le cayeran sus obras a pedacitos.

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    1. Mi parecer personal es que Calatrava es un gran relaciones públicas con un gran equipo detrás, de dudosa capacidad según los últimos resultados.

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  4. Al margen de la fortuna ha disfrutado creando con ingenio y ese beneficio autogenerado no solo no tiene precio sino que le revive. Besos.

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    1. Pienso que su propia satisfacción en estar convencido que ha creado algo muy positivo. le habrá dado ganas de vivir.

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  5. Interesante este ladrillo, el problema de siempre que vendría, seria aparte del precio, que seguro es mas caro, el que sobrarían paletas!! y que hacemos? mas personas al paro!! NOOOL
    Salut i força company

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    1. El lado importante para mi en este caso es, que si de verdad funciona, se podrían salvar muchas vidas en los terremotos al evitar el derrumbe. La vida es lo primero.

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  6. Marcos otra genial idea de una persona sencilla pero con inquietudes, si ese ladrillo lo hubiera inventado una gran multinacional sería uno de los inventos del siglo sobre todo en lugares con muchos movimientos sísmicos, pero él, con pocos medios tendrá que sortear muchos inconvenientes, muchos recelos aunque espero que triunfe su idea.

    Saludos,

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    1. Ojala triunfe, me alegraría. La observación y la curiosidad hacen progresar siempre.

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  7. Felicitaciones al "colega". Nosotros, "los de antes" todavía tenemos para aportar ideas...y realidades.

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  8. Sin duda Esteban, nuestra experiencia siempre puede aportar, aunque no sean inventos transcendentales.

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